"Ética, sobre la moral y las obligaciones;
estética, de la belleza y el arte;
y otras cosas..."


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martes, 29 de diciembre de 2009

LA NOCHE QUE FÁTIMA NO QUISO NACER

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Tras mi última entrada, inocente a más no poder por el día elegido, termino este año 2009 con la cuarta publicación del mes de diciembre, record mensual de entradas hasta la fecha en el primer año de este personal espacio en internet. Por su carácter especial, he elegido una combinación de fotografías tomadas en Trajano por Gerardo Corona Cano en 2004, a las que he añadido el texto y contexto adecuado, y sobre todo con un cariñoso recuerdo.
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Tal día como hoy, o más bien tal madrugada como la de hoy, la del 30 de diciembre del año 2004, la niña de nombre Fátima, Corona y López de apellidos, no quiso nacer; esa noche no era la noche elegida. Ella, tan considerada, quiso que su padre Gerardo, y sobre todo su madre, Encarni, primero se tomaran las uvas para despedir el año, y después, a las pocas horas de esa misma madrugada del primero de enero de 2005, quiso hacerse notar, como el concierto de año nuevo, el regalo de ser la primera niña Corona entre tanto varón.

Como Fátima, una niña preciosa de ojos claros y cabellos de oro de casi seis años, los niños tienen innata la capacidad de asombro, y me maravilla su inocente sonrisa, la expresión de sorpresa divertida ante el regalo más simple, el juego más sencillo, o el descubrimiento en primera persona del funcionamiento de cualquier juguete.

Gerardo, el papá de nuestra protagonista, por aquellos días estaba un poquito nervioso. También recuerdo a Gerardín, el hermanito mayor de Fátima, correteando por el Bar Corona de Trajano, mientras mi amigo me mostraba el regalo que se había hecho a sí mismo, una fenomenal cámara digital OLYMPUS, con su trípode y todo, para no perderse ningún detalle de la llegada su mujercita, y por supuesto, para no perderse detalle alguno de su mamá, Encarni.

Mi amigo, esa noche, después de cerrar el bar, y con un frío no muy por encima de cero grados, con cámara en trípode y terraza al raso, se aposta mirando al cielo estrellado donde brilla una enorme luna llena. Alguien le había dicho (una mujer seguro) que con el cambio de luna llegaría la niña. Y allí estaba él, pasando frío, inmortalizando la luna llena como recuerdo previo del nacimiento de su hijita. Por poco no inmortaliza un buen resfriado, además de.

A la mañana siguiente, después de un cafelito en el bar, Gerardo me hace pasar a su casa, y ante la pantalla de su ordenador me enseña las fotos tomadas por la noche cuando estrenaba la cámara. Yo miro la primera foto, donde se ve la antena parabólica del bar, y luego otra, donde se ve la luna, la parabólica, algún castillete de una casa e incluso la antena de la televisión de la casa de mi hermano Juan, y también veo algún punto de luz que parecen estrellas, sí son estrellas, y… ¿qué es eso? Sí, ahí justo debajo de la luna, eso azul… ¿lo ves Diego, lo ves tú también? Pues claro que lo veo… La última foto, la de la luna llena luminosa sin nada alrededor, ya no me llamó tanto la atención.




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Lo que es, lo que sea, o lo que fue, lo dejo a la consideración de Usted, insigne visitante de este particular Blog. Una cosa está clara, y no hay duda alguna, y es que las fotografías son originales, con denominación de origen, tomadas las tres con un intervalo de dos minutos entre ellas y sin ningún tratamiento ni manipulación informática. Yo las guardé inmediatamente, y la de en medio, es una de las más originales que poseo, regalo de mi amigo Gerardo, o más bien de Fátima, con su punto luminoso casi transparente azul celeste, como sus ojos.

Algún día hablaré algo que llevo pensando hace tiempo sobre la capacidad de asombro en las personas, independientemente de su edad. Hoy, esa capacidad de asombro la provoca esta foto, la de en medio, con ese punto azulado debajo de la luna llena, y la pongo en relación con el recuerdo de hace seis años, pero sobre todo con un último recuerdo muy cercando, demasiado cercano, y dedicado a Juani, el abuelo Juan de Fátima. Su mujer, mi amiga Presenta, hoy tiene además de la estrellita Fátima a otro lucerito, que se llama Alba y llena de ricitos morenos, y que juntas o por separado, despiertan su capacidad de asombro y la hacen sonreir.
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lunes, 28 de diciembre de 2009

UN RELATO CORTO, E INOCENTE





Me ha llegado de mi amiga Carmen Tesón un relato propio de estos días, muy bonito y sencillo, y que quiero compartir:
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Entre los pastores que acudieron a adorar al Niño había uno tan pobre que no tenía nada que ofrecer y se avergonzaba mucho. Llegados a la gruta, todos rivalizaban para ofrecer sus regalos. María no sabía cómo recibirlos todos, al tener en brazos al Niño. Entonces, viendo al pastorcillo con las manos libres, le confió a Jesús. Tener las manos vacías fue su fortuna.

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lunes, 28 de septiembre de 2009

UTRERA, SIN MÁS Y MUCHO MÁS.

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Fotografía de Salvador Moreno Rivas

Utrera, mi Ciudad, donde nací, donde estudié, donde vivo, y donde compagino mi condición de Trajanero, compatible a más no poder.
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En estos momentos de multilateralismo, globalización o mundialización, quiero detenerme en el aspecto más local, municipal si se quiere, localista también, de lo más cercano, que curiosamente, a veces no valoramos, por esa misma cercanía quizás.

Traigo al momento oportuno una publicación de Febrero de 2002. Responde al primero de una serie de artículos y anuncios que se incluían en una campaña de imagen de la Sociedad de Promoción y Desarrollo de Utrera, S.A. PRODUSA, empresa municipal en la que tuve la fortuna de participar durante cinco años en el fomento o promoción de la actividad económica, sinónimos del término Desarrollo Local. Muy gratos recuerdos al fin, superados algunos momentos muy difíciles.



He querido subir esta reflexión en el mes de Septiembre, que es un mes muy utrerano, como nuestra Patrona, la Virgen de Consolación, como nuestra Feria, como el Mostachón, y también he querido poner algunas imágenes no tan conocidas de Utrera.

Antes, también me gustaría contextualizar el artículo. Sé que hubo personas a las que no entusiasmó, otras a las gustó y otras que me reconocieron cierta valentía. Las críticas negativas, que seguro existieron, no me llegaron tan claras, pero haberlas, hubo.

Después ya de más de tres años de responsabilidad (firmaba el artículo como Consejero Delegado), entendí como responsabilidad propia en aquel momento escribir lo que pensaba y que defendía a capa y espada, en Utrera y fuera de Utrera, pues dedicaba mi vida profesional, y diría que algo más, al ejercicio de esa convicción, desde el minuto uno al dos millones seiscientos veintiocho mil, es decir, durante un lustro completo.
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Pues bien, bajo un título en interrogación y cierta apariencia de crítica, se encuentra una confianza absoluta en mi pueblo y en su gente; de eso no cabe duda alguna.






¿APATIA UTRERANA?

Si el lector de Vía Marciala comienza este artículo creyendo encontrar una teoría que profundice sobre un tema del que muchos piensan es un mal endémico de Utrera, aquí no la va a encontrar. No obstante, si el título le ha llamado la atención y ha comenzado a leerlo, dicho título ya cumplió su objetivo y demuestra que puede tratarse de un asunto que le preocupa, por su existencia o la duda de su existencia. En definitiva, se trata de nuestro Pueblo, un pueblo que es Ciudad, una ciudad con sabor a Pueblo, y a Utrera le duele, mal que le pese, que se la asocie con semejante adjetivo de apática.

Pero Utrera es su gente, los utreranos y utreranas, en colectivo y en particular, de ahí que toda generalización conlleve valoraciones equivocadas en detrimento de lo individual, como igualmente erróneo es extender a una colectividad conductas o actitudes aisladas. Por este primer motivo me parece de entrada cuestionable la expresión que titula esta reflexión, y por esa misma razón aparece entre interrogantes. La apatía, palabra que incluso me cuesta escribir y que hablando la evito driblándola al mejor estilo Reyes (permítanme el símil futbolístico potenciando un valor utrerano) se define como “impasibidad del ánimo”, “dejadez, falta de vigor o energía”. ¡Imagínense esta definición aplicable a todos los utreranos y utreranas!

Lo que sí es cierto y constatable hablando en términos de globalización, o quizás más bien mundialización, es que es infinitamente más fácil opinar subjetivamente que describir de forma objetiva. Asimismo, es más sencillo en toda empresa no arriesgar o arriesgar lo mínimo (“mejor me quedo como estoy”), actitudes que llevan una, a la crítica destructiva, otra al inmovilismo más arcaico, contrarias ambas a toda idea de creatividad y dinamismo. Se podía decir que lo que nos ocurre a nosotros a nivel local se puede extrapolar a Andalucía respecto de otras regiones, a España respecto de otros países, a Europa respecto de Norte América. Vamos soportando una carga histórica, que tan rica en tradiciones y cultura, nos puede pesar en la toma de decisiones hacia el futuro y condicionar el futuro mismo.

Existe un tercer elemento que unido a la crítica subjetiva y al inmovilismo arraigado debemos superar para la consecución de nuestros objetivos o metas, cual es la convicción de nuestras propias posibilidades, valorar lo nuestro confiando que podemos ser y somos competitivos. Esta convicción asociada a la búsqueda de la calidad y el servicio son claves a tener en cuenta, no las únicas lógicamente, pero sí algunas sobre las que se debe cimentar una base sólida de toda idea de creación de riqueza y progreso en Utrera.

En sí misma Utrera es diversa y rica, tanto en recursos naturales y patrimoniales, como en recursos humanos. Sólo hay que poner estos recursos en valor y darles el protagonismo diferenciador que se merecen, y en esa nueva dinámica UTRERA debe entrar y está entrando.
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miércoles, 5 de agosto de 2009

UNA HISTORIA DE AMOR MULTIPLICADA POR CUATRO

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... A mi niña.
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Vuelvo a mis andadas. A no seguir parámetro alguno, a realizar ejercicios retrospectivos mezclados en tiempo real. Ya avisé. Y me alegro, pues además disfruto con ello, y sobre todo comparto y regalo, como en esta ocasión, principalmente dedicado a mi mujer y a mis hijos, a mi amor hacia ellos.
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Con el título de UNA BUENA NOTICIA, iniciaba en diciembre de 1996 un texto que dirigía a mi esposa, Rosalía, y que tuve el atrevimiento de publicar en enero del año 1997. Tampoco me arrepiento de ello. Decía así…

Una buena noticia


"Era Enero de 1994 cuando escribí en la contraportada de un libro unas palabras, un sentimiento, una declaración, a mi prometida en aquellos momentos, hoy mi esposa desde hace más de un año. Ello suponía un regalo que hacía sin ningún pretexto ni fecha conmemorativa o comercial, cosa que a ella le gustaría repitiera más frecuentemente, pero reconozco no hacerlo ni ser demasiado detallista. Sin embargo, tengo ahora la «necesidad» de compartir con «Ustedes» (expresión de respeto y cortesía arraigada en nuestra Tierra), esta dedicatoria y declaración de AMOR:


«Querido amor:


Recientemente oí cómo se comparaba, por un lado, la libertad de un hombre con un bosque, y por otro, la relación de un hombre con una mujer con una cueva. El bosque, con todas sus aventuras y sus peligros; la cueva, como refugio y recogimiento.


Para mí, esa posible disyuntiva, tan tajante, se planteó al inicio de nuestra relación, al inicio o quizás antes de ella. Sin embargo, muy pronto me di cuenta de lo absurdo de mis dudas y mis temores.


En los últimos años hemos vivido muchos momentos: alegres y tristes, difíciles y agradables, tensos y relajados, apasionados y depresivos, y…, momento de amor. Por todo ello, teniendo en cuenta que lo último ha primado sobre lo demás, pienso que el balance no deja de ser infinitamente positivo. Ahora, cuando todavía nos queda mucho por hacer y muchas dificultades aún que superar, ya no recuerdo ni siquiera aquellas dudas ni temores de nuestros inicios. En este momento, con estas palabras, quiero manifestar mi amor por ti, un amor puro y verdadero hacia la mujer de mi vida: “Rosalía, te quiero y deseo casarme contigo”.


Esta petición, lo que conlleva, hemos de tratar que se consiga el próximo año 1995. Mientras tanto, en el año presente, pondremos los primeros ladrillos de NUESTRA CUEVA, y si nos apetece SALDREMOS JUNTOS A PASEAR POR EL BOSQUE».


Ahora, a finales de 1996, el motivo de estar remembranza es un estado de alegría ante todo un acontecimiento para nosotros y los que nos rodean: en la primavera del año venidero, si Dios quiere, seremos más de dos en NUESTRA CUEVA, y más de dos los que saldremos juntos a pasear por el BOSQUE, si Dios quiere”.

Pues bien, hoy estamos a 5 de Agosto de 2009, y han pasado, nada más y nada menos, que catorce años desde que nos casamos en nuestro querido pueblo de Trajano, un sábado igual o aún más caluroso que el que hace este miércoles de verano. Era Feria de Los Palacios y Villafranca, y nos casaba Antonio, un diácono de esta localidad, padre además de unos siete u ocho hijos, por aquella fecha (a lo mejor ya son más; seguro tienes hasta nietos).

La ceremonia fue corta pero intensa, y menos mal, con el calor que hacía, pero muy bonita, y con unas palabras sencillas y sinceras pronunciadas desde el corazón y la experiencia, de marido y padre, doblemente pues. Fue corta, entre otros motivos, porque Antonio el diácono también debía oficiar en Los Palacios la celebración religiosa de su Patrona, la Virgen de las Nieves. Es curioso, pues la advocación de Nuestra Señora de las Nieves, se sugiere o más bien pareciera sugerirse en unas latitudes más frías climatológicamente hablando, pero he ahí la paradoja, ¡con la caló que hace por estos lares y en estas fechas!

Han pasado catorce años, catorce es mi número favorito, el doble de siete, que también me gusta, los números que junto al cuatro siempre me acompañaron detrás de una camiseta de fútbol, y cómo no, junto al CUATRO. Esta progresión numérica hacia atrás, es decir, retroceso, quizás tiene su lógica, pero esa es otra historia.

Pues bien, éramos dos, y ya somos más de dos, el doble, cuatro, una historia de Amor multiplicada por cuatro. Somos cuatro ya en NUESTRA CUEVA, y cuatro los que juntos salimos a pasear por el BOSQUE.

Así lo hicimos la pasada semana, juntos los cuatro en el primer Campamento de Padres y Madres con hijos celebrado en El Bosque (Cádiz), y cuatro los que juntos iremos a visitar las Cuevas de Nerja, de Altamira, de la Pileta o de Las Maravillas, si Dios quiere, como siempre decimos nosotros, y si no lo decimos, seguro que lo pensamos.


Tu niño grande...