"Ética, sobre la moral y las obligaciones;
estética, de la belleza y el arte;
y otras cosas..."


viernes, 12 de octubre de 2018

CARTA DE PACO GUERRERO EN EL 50° ANIVERSARIO DEL CLUB BALONCESTO UTRERA







Que uno escriba sobre lo que siente (véase anterior entrada), y que obtenga gratuitamente como respuesta una carta de parte de una leyenda en el baloncesto de Utrera como es don Francisco Guerrero RodríguezPaco Guerrero (fundador del club de referencia junto al sacerdote salesiano don Carlos Correas) supone para mi un auténtico regalo, un privilegio de un valor incalculable, motivo por el que no puedo más que compartirlo, para que él también reciba mi agradecimiento de esta forma, sobre todo por su amistad, la de él y la de toda su familia.



CARTA DE PACO GUERRERO EN EL 50º ANIVERSARIO 
DEL CLUB BALONCESTO UTRERA


Ahora, cincuenta años después, resulta muy difícil o casi imposible imaginar los comienzos, o nuestros comienzos. Esos que marcaron un camino y que han hecho ser lo que es en estos momentos este Club, lo que sois en muchos niveles del deporte y sobre todo “Lo que significáis para mí”.

Los orígenes cuyos cimientos se armaron a mediados del siglo pasado, “pensar que ya llevamos dieciocho años de este”, en unos  patios de albero  y campos de cemento en donde sembramos muchos balones, con el cielo como techo y un pequeño cuarto oscuro con unas velas para alumbrarnos como vestuario, pero con mucha ilusión, enorme entusiasmo, un esfuerzo sin límite, una entrega, pasión y espíritu de superación que fue formando a esta familia que se sigue llamando CLUB BALONCESTO UTRERA.

Una historia de esfuerzos, de entrega, de amigos y de familia,  en los que habéis pasado, y yo también, pues nunca estuve lejos de la vida del Club, inviernos fríos, primaveras felices y soledades y olvidos…, pero con un espíritu de superación y una pasión metida en las venas y en esos corazones siempre  jóvenes.

¡Ya habéis cumplido  cincuenta años! ¡Quién lo diría!

Por mi parte, quiero dejar dos cosas muy claras:

Primera: Pedir perdón, disculpas, a todas aquellas  personas o entidades que en algún momento creyeron o pensaron que como persona o como Club  le hayamos podido molestar de alguna forma  o simplemente por no haber podido cumplir las expectativas creadas. Nunca fue esa ni mi intención y mucho menos la del Club.

Segunda: Agradecer, dar muchas gracias a infinidad de personas, amigos que no pueden estar, a los que recuerdo, que serían infinidad de nombres, a todos esos que han presidido el club, han entrenado, han viajado, han colaborado, al de los bocadillos, al del agua, a las autoridades, a comerciantes, centros escolares, a los trabajadores del polideportivo, a todos, todos, que no se quede nadie, al que conocemos o aquel anónimo que no conocemos.

EL CLUB siempre ha llevado el nombre de Utrera por todos sitios y en ese nombre  estáis todos. Está Utrera. Gracias, muchas gracias.

Hubo una vez un cura, hace ya muchos años, un cura de los de don Bosco, que le dio la locura de sembrar balones de baloncesto, unos cuantos, no muchos, por los campos de albero  y cemento de un colegio, y … aquellos balones se rompieron pero nacieron  más balones  y muchos chiquillos los botaban y chillaban cuando  conseguían colarlo  por un aro de unas canastas de tableros casi de cartón, y vinieron más chiquillos y más los balones  y las canastas  y los chiquillos  fueron aumentando; éstos se fueron  haciendo hombres, entrenadores, árbitros, jugadores, partidos, viajes y frío y soledad y olvido, pero ya en la sangre,  en el espíritu en la forma de ser, llevaban una conciencia, una condición, un ánimo, un "tóxico", un "veneno" que lo fueron transmitiendo a otros chavales,  en los  recreos, en campamentos, en barrios y en aquellos lugares donde podían botar un balón. 

Balones y chiquillos aumentaron y crecieron, y se hizo un árbol, muy grande con muchas ramas: niños, niñas, minis, benjamines, infantiles, junior, juveniles, sénior, padres, y abuelos y abuelas…, UNA GRAN FAMILIA “EL CLUB BALONCESTO UTRERA”.