"Ética, sobre la moral y las obligaciones;
estética, de la belleza y el arte;
y otras cosas..."


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sábado, 11 de junio de 2022

TRAJANO, PUEBLO DE COLONIZACIÓN

 




En el presente año 2022, Trajano, la pedanía de Utrera, el poblado de colonización, está celebrando el cincuenta aniversario desde su fundación, de su estreno por las primeras familias de colonos que llegaron allá por 1972 a este enclave de la Marisma del Bajo Guadalquivir. Todo un motivo, o más bien muchos, para recordar y homenajear a esas personas emprendedoras, pioneras, muchas ya ausentes, y que han hecho que hoy no se hable de un poblado, sino de un auténtico pueblo de colonización. En Trajano se están celebrando conferencias, exposiciones fotográficas, la creación de una columna trajana conmemorativa, eventos deportivos, una salida extraordinaria de Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén, “La Borriquita”, y también la reedición de “Memorias de Trajano”. Un Jardín en la Marisma”, que en 1997 patrocinara la Caja Rural de Utrera, y que en su versión del 50 Aniversario será patrocinado por la Fundación Caja Rural de Utrera.

Ya tendremos ocasión de volver a hablar del libro, que se presentará en el otoño, con mayor protagonismo de la fotografía, con texto y crónica de este que les cuenta. Pero no hay mejor momento y lugar para compartir un pequeño gran hallazgo, un regalo que se sumó al artículo a modo de prólogo de Antonio Sousa Reina “Una Ciudad Jardín llamada Trajano”, y es que en la presentación en el día 26 de abril de 1997, Salvador de Quinta Rodríguez, además de realizar una completísima síntesis de su lectura, deleitó en la Parroquia de San Pablo en Trajano a quienes tuvimos la suerte de asistir, y lo hizo con una composición creada para la ocasión, un Romancillo homenaje a los primeros colonos de Trajano, como él lo llamó. Transcrito de la grabación en vídeo que hizo de aquel acto UVITEL, se puede decir que esta poesía ha madurado muy bien y está de plena vigencia. Solo habría que cambiar donde dice veinticinco años por cincuenta, y al final donde dice poblado precioso, don Salvador posiblemente hubiera hablado de pueblo, sin necesidad ya de rima alguna y describiendo una realidad residencial de nuestra querida Utrera de más de medio siglo de historia.



Romancillo homenaje a los primeros colonos de Trajano
Salvador de Quinta Rodríguez


Aquí está amigos la historia, la verdadera historia

de este espléndido poblado en el término de Utrera

al que pusieron Trajano.

Aquí está amigos la historia valiente

que comenzaron a escribir con ilusiones perdidos por estos campos

hombres venidos de lejos hace veinticinco años,

tierras vírgenes algunas por las que no habían entrado

en toda su larga vida las rejas de los arados.

Aquí está amigos la historia que escribían con sus manos

hombres modestos, sencillos, hombres que venían buscando

un lugar donde asentarse para poder disfrutarlo con su mujer,

con sus hijos, sus amigos, sus hermanos,

y también el cacho pan honradamente ganado.

Aquí está amigos la historia de las tierras que regaron

con sudores de su frente los hombres que trabajaron de sol a sol,

porque entonces no se sabía de descanso.

Aunque Tú, Dios de los Cielos, sí sabes lo que pasaron,

pidiéndote que lloviera o que no lloviera tanto,

cuando el agua era tremenda y se anegaban los campos.

Cosechas que se perdían dejando en el desamparo

a unos pobres campesinos que pedían el embargo

porque no tenían siquiera para pagarle a los bancos.

Noches y noches en vela e interminables soñando

con cosechas abundantes que aliviaran su calvario.

Aquí está amigos la historia ejemplar de este poblado.

Hoy las cosas son distintas, todo se ha mecanizado,

ya el esfuerzo no es tan duro y ya no es tan duro el tajo,

ni se pasan tantas ducas como antes se pasaron.

Por eso todos debemos reconocer el trabajo

de aquellos viejos colonos que con coraje y reaños

consiguieron que vosotros estéis hoy disfrutando de este poblado precioso,

que es un vergel, un encanto, una delicia,

un ensueño, un lugar casi fantástico, y un espléndido jardín,

un espléndido jardín al que llamamos Trajano.


domingo, 5 de septiembre de 2021

LA FERIA QUE VENDRÁ Y MÁS COSAS


Cartel Feria 2019, la última  celebrada.
Cartel Feria 2019,
la última celebrada.

Como cada año en el número especial de Feria de Consolación, quiero compartir en nuestra querida revista Vía Marciala lo mejor que he podido escribir durante el caluroso verano, con varias olas de calor además de otras, y ninguna buena. Pero este verano he de reconocer que está siendo no solo distinto, sino también muy extraño, yo diría que un tanto confuso, porque este año, por segundo consecutivo, no tendremos nuestras fiestas patronales en honor a Nuestra Señora de Consolación de Utrera, tal y como las veníamos celebrando, por razones obvias y más que justificadas, y que no son pocas.


Estarán de acuerdo conmigo que la última Feria de Consolación, la de 2019, nos parece muy lejana en el tiempo, es más, parece que han pasado muchos más años. Pero a mí no se me olvida que fue ese 2019, el mismo que lleva de apellido el maldito virus que se lo puso por corona, el Covid-19;  ¿quién nos lo iba a decir?  que esa Feria sería la última de las ferias “normales”, porque la de 2020 no existió, y la de este 2021 va por el mismo camino, y las siguientes, pues ya veremos cómo serán las de 2022 y años sucesivos.


Digo que está siendo muy extraño y confuso todo porque nosotros, los humanos, somos animales de costumbres, y a lo largo del año en curso nos regimos y orientamos por diversos momentos o hitos. En lo festivo, por ejemplo en navidades, los carnavales, la Semana Santa o la Feria, y con ella el inicio del Curso, las temporadas deportivas, y con su finalización, tanto del uno como de las otras, el inicio del verano y las vacaciones, y así sucesivamente. Yo no sé ustedes, pero a este que les cuenta le cuesta mucho. El símil o comparación sería el de esa hilera de hormigas que van siguiendo su camino pero que un elemento extraño lo interrumpe, como la rueda de un vehículo, una pisada (normalmente el hombre anda cerca) y además de llevarse por delante a un buen número de las mismas hace que las demás hormigas salgan despavoridas a la par que desorientadas. No diré como Joaquín Sabina “así estoy yo”, pero casi.


Los que ya tenemos una edad y cierta perspectiva deportiva, también nos acordamos o recordamos, que no es lo mismo, diversos momentos de nuestras vidas que han pasado en el período intermedio que hay cada cuatro años, como los mundiales de fútbol, las eurocopas, y lógicamente también los Juegos Olímpicos. Y así ha sido hasta hace muy poco, hasta que perdimos el 2020. Ya casi que no sabemos ni dónde se ha celebrado siquiera la Eurocopa que se debió haber jugado el año pasado, la que ha ganado Italia. Tampoco estoy seguro dónde y cuándo se jugará el próximo mundial de fútbol. Y además, con esta situación que nos está tocando vivir, el ciclo olímpico hasta París 2024 será de tres años, después de los celebrados en Tokio 2020 en este singular verano, como digo de 2021. Un lío, convendrán conmigo. Reitero el símil hormiguero.


Que digo yo, como decía a su vez mi admirado Santiago Posteguillo en una de las conferencia de la Palabra a Escena de nuestra Caja Rural de Utrera y uno de los últimos ganadores del Premio Planeta, que estos “serán los tiempos interesantes” que nos están tocando vivir, esos a los que él se refería que viven las personas que tienen la desdicha de sufrir grandes conflictos bélicos, como nuestra Guerra Civil, o las Guerras Mundiales. Que nuestros “tiempos interesantes” vengan dados por la pandemia mundial que se está llevando tantas vidas y que tanto nos está haciendo cambiar, y no solo el paso, es ya una realidad que ha superado sobradamente la ficción. Seguro que Santiago estará de acuerdo conmigo también.


Y así estamos, pensando que nos encontramos ante un efecto de la llamada globalización, donde la salud, que siempre debió ser lo primero, está rigiendo nuestro devenir, el del mundo entero y el de nuestros pequeños mundos. De sus efectos, o puede que algunas de sus causas, está la encrucijada climática, con un cambio de temperaturas incuestionable que urge de medidas contundentes y compromisos medioambientales inaplazables. Con un futuro incierto respecto de cómo vivimos y compartimos, desde lo individual a lo colectivo, con la esperanza de ir recuperando lo perdido, con seguridad y paciencia, con cambios en nuestros gustos, nuestras casas, nuestros trabajos, en nuestro tiempo de ocio, valorando más lo rural y auténtico. Necesitados también, y muy importante, de juicio crítico y pensamiento propio, de un nuevo periodismo, con fuentes sólidas y fiables, y no tantas redes sociales virtuales, que también, pero no solamente. Este párrafo último no es mío propiamente, aunque sí es un resumen propio del documental audiovisual de seis capítulos ¿Y DESPUÉS QUÉ?, del grupo VOCENTO y con el patrocinio de CORREOS, que se recomienda ver.


¿Y AHORA QUÉ? SERIE DOCUMENTAL


En fin, y todo esto, para acabar como cada año deseando un buen inicio de Curso, una buena temporada, y confiando en que ya vendrán tiempos mejores, donde prescindamos de las mascarillas, donde nos volvamos a mirar de forma completa, sin distanciamiento social, y anhelando que cuanto antes, cuando se pueda, que nos podamos abrazar en el Real de la Feria de Consolación de Utrera, y pidiéndole a Ella que nos proteja, a nosotros y a nuestros seres queridos.





martes, 1 de septiembre de 2015

HISTORIAS EN BICICLETA (IV)



A mi amiga Isabel Sevillano,
un ejemplo de que ser buena profesional 
y ser buena persona
es perfectamente compatible.



¡Curioso duatlón!


Al final va a tener razón quien decía que las bicicletas son para el verano, porque ha pasado exactamente un año desde la tercera entrega de estos relatos bicicleteros. Cosas que pasan, digo yo. Y en esta nueva historia, resulta  además que no sólo conozco a sus protagonistas, sino que uno de ellos soy yo mismo, con lo que entenderán que no sea muy objetivo que digamos, por la parte que me afecta,  pues como me dijo una vez alguien muy docto “como sujeto soy subjetivo; si fuera objetivo sería un objeto”. Pero en fin, nuestro hilo argumental siguen siendo esos maravillosos vehículos de dos ruedas de tracción humana. Para dar la merecida relevancia ciclista viene al caso la cita anónima que dice que “No sería en absoluto extraño si la historia llegara a la conclusión de que el perfeccionamiento de la bicicleta es el incidente más grande del siglo diecinueve”. Un poco exagerada la verdad, pero ahí queda la entusiasta reflexión.

Decía que no iba a ser muy objetivo por una sencilla razón: cuando a alguien le roban una bicicleta, desde el desconcierto inicial de no encontrar su bici en lugar donde la dejó, ver en el suelo la cadena de seguridad cercenada con un cortafrío, y hacerse a la idea de que se la han robado, supone una sensación muy extraña y muy desagradable.  Se pasa en pocos segundos de una situación  que va desde el desconcierto inicial, al inmediato estado de enfado (también llamado cabreo) pasando por el disgusto hasta llegar a una sensación de abatimiento y decepción por impotencia. Además, todo ello y a la misma vez y en todo momento, acordándonos de los ascendientes y familiares difuntos del autor del delito, por muy buenas personas que sean o hayan sido. Porque te acabas de quedar sin tu bici. Esa que te ha costado tanto tiempo ahorrar para adquirirla, esa a la que le has puesto un manillar personalizado, unos guardabarros de quita y pon para cuando sales al campo o la montaña en invierno, esa de aluminio cromado que luce con los colores rojo, blanco y negro, con la que combina tu única equipación de montain bike, incluido el casco de seguridad, y no sigo, porque aún duele cuando me acuerdo.




Gary Fisher, fundador de la empresa Fisher Bicycles Riding, dice algo que se ajusta totalmente a la realidad del momento actual de la bicicleta, en España y en muchos más países,  que “Para que el ciclismo urbano triunfe hace falta una revolución en la infraestructura de nuestra sociedad. Ahora mismo un ciclista urbano debe actuar como un guerrero vial, y la bicicleta tiene que ser barata y fea para que no la roben. Eso no es una cultura favorable a las bicicletas”.

Pero bueno, la cosa es que a pesar de esta descripción de la realidad, lo cierto y verdad es que me volví a comprar  una nueva bicicleta de montaña, pero ahora de hierro, ni de aluminio ni de aleación ultraligera alguna, de marca desconocida en un conocido centro comercial de deportes de capital francés, cuyo valor no alcanza ni una quinta parte de mi añorada Specialized encargada a mis amigos de Action Bike, en Utrera. Y no sólo eso, sino que seguí yendo a trabajar a la capital subiendo mi otra bici en el tren, y no cualquier bici, sino una joya GAC de paseo de los años sesenta que fue de mi abuelo y que yo mismo restauré. Eso sí, no la perdía de vista en ningún momento (a la bici digo), y la aparcaba en un patio interior al que daba mi oficina, donde la única puerta de acceso y de salida estaba controlada por una eficientísima vigilante de seguridad cuya mesa de trabajo se encontraba en un servicio de atención al público, con control de cámaras de vídeo incluido. Vamos, que la única forma de robarme mi bicicleta de mi abuelo hubiera sido utilizando un helicóptero o una gigantesca grúa articulada, y creo que aún así mi amiga no lo hubiera permitido y hubiera puesto los medios adecuados para impedir la fechoría. Y ahora sí que no exagero lo más mínimo.




Todo esto pasaba en un barrio de la capital, de los que eufemísticamente se llaman de especial vulnerabilidad social, de actuación preferente o barrio en transición, pero podría haber pasado en cualquier parte, como así voy a demostrar. Si no, vean lo que pasó unos años más tarde  en una céntrica cafetería, en la misma Puerta de la Carne , casi esquina en la calle Santa María la Blanca y junto al turístico Barrio de Santa Cruz de Sevilla capital. Si quieren conocer su desenlace final van a tener que seguir leyendo un poco más para descubrirlo.

Plena hora punta de desayuno funcionarial, es decir, entre las 9:30 y 10:30 h. En la cafetería (y vinoteca de cocina enfocada a público sibarita) nos encontrábamos un grupo de cuatro de personas (que no un cuarteto), algunos del cuerpo superior de funcionarios de nivel provincial, corbatas por doquier, cuando entran dos parejas jóvenes, dos chicas y dos chicos, que todo hay que decirlo. Se sientan al fondo. De pronto salen corriendo como una exhalación los dos chicos, alarma del momento, algo pasa ¿pero qué? Acaban de robar la bicicleta a uno de ellos, amarrada a un naranjo de la calle con una cadena, y se han dado cuenta  al momento, que se la estaba robando un kinki que ha escapado subido en la propia bicicleta. En el local hostelero hay caras de preocupación, sobre todo en las chicas de los atletas corredores,  de asombro y perplejidad en mis acompañantes del desayuno de esa mañana. Pero yo les tranquilizo a todos tras un rápido análisis de la situación: “No preocuparse, que vuelven los dos en un momento y con la bici recuperada”.Y efectivamente, tal y como predije, así paso y así lo estoy contando: en menos de cinco minutos entran de nuevo en la cafetería los dos chicos, ahora con la bicicleta también, con caras de satisfacción y con un cortafrío de regalo, el que se había dejado olvidado en el suelo el chorizo con las prisas.

¿Pero cómo sabías que iba pasar lo que ha pasado? Hombre, haber trabajado durante casi seis años en un Barrio como Polígono Sur de Sevilla te da una especial visión de un conflicto, cierta experiencia de análisis sobre situaciones complejas, habilidades varias, sobre todo deductivas, las de todo mentalista que se precie, y es que, por este orden, estas son mis apreciaciones:

Nuestros chicos corredores son dos atletas dos (habituales) contra un solo ciclista uno (ocasional, seguramente); se les veía en plena forma física, capaces de correr los 100 metros lisos en menos de 14 segundos; ambos, casi fueron testigos del corte en la cadena, cuyo cortafrío fue olvidado por necesidad al ser pillado su dueño in fraganti cometiendo el delito; pero sobre todo, porque el ladrón cometió un error muy grave. Y es que en lugar de salir hacia la avenida en dirección al Prado de San Sebastián, donde pudo coger velocidad y escapar, se metió en sentido contrario al tráfico y dirección al centro por el Barrio de Santa Cruz, y claro, los veloces corredores alcanzaron al  torpe ciclista. Y así se consumó la práctica de la modalidad deportiva que combina atletismo y ciclismo, es decir, ahí tenéis la bici, y pies ¿para qué os quiero? A correr que se dijo, con lo que entre unos y el otro, realizaron entre todos un curioso duatlón combinado y con el mejor final que se recuerda en Sevilla. Eso sí, el amigo de lo ajeno y ocasional ciclista que escapó corriendo no comparte para nada la cita de  John F. Kennedy que dice que “Nada es comparable al sencillo placer de montar en bicicleta”.

En fin, cosas que pasan. Termino con una cita que viene al caso de Ernest Hemingway,  la que dice que “Yendo en bicicleta es como mejor se conocen los contornos de un país, pues uno suda ascendiendo a los montes y se desliza en las bajadas”. Como la vida misma…



jueves, 16 de julio de 2015

EN MEMORIA DE SALVADOR DE QUINTA GARROBO


















En el día que se celebran fiestas tan marineras, se acuerda uno de alguien que estuvo muy cerquita de "La del barquito en la mano",  que para quien no lo sepa es Nuestra Señora de Consolación de Utrera. Esta es la muy personal y especial colaboración de la Revista Vía Marciala, Junio-Julio 2015.


Carta a Salvador

Querido Salvador:

Así he querido comenzar esta especial colaboración, con estas palabras. No había  escrito nada que mereciera la pena publicar en nuestra revista desde hace ya algún tiempo, precisamente el mismo motivo que postergaba el que me hiciera colaborador habitual, así que es un orgullo para mí retomar mi mensual artículo, aunque no exento de dolor y de emoción, y también de compromiso. Hacerlo en recuerdo tuyo, mi mentor, nuestro Director, con el que mantenía una relación literaria epistolar en sentido amplio, refuerza precisamente mi compromiso de seguir colaborando con uno de tus legados, con Vía Marciala.

Epistolar, efectivamente, porque gracias primero a las cartas en forma de correo electrónico, y después a los mensajes cortos de alguna que otra red social (pero pocos y no tantos), nos comunicábamos en los últimos años desde septiembre de 2010, porque yo soy de los que empieza siempre un correo, y una carta también, con el nombre del destinatario antecedido del adjetivo que denota el cariño o la estima, según el grado afectivo, y este caso, doblemente reforzados ambos sentimientos.

Desde que allá por 1996 comenzara a enviarte cosas escritas, muy puntuales, que se publicaron en la revista (las primeras en Cartas al Director), de recordarte después con tu cámara colgada en 1997 en Trajano, acompañando a tu padre y a su amigo y mi maestro don Antonio Sousa en el XXV Aniversario de la fundación del utrerano pueblo de colonización,  después de que nos conociéramos profesionalmente en mi etapa de gestor público hasta 2003, cierto es que cada cierto tiempo compartíamos un café, siempre muy cerca de Santa María, donde nos poníamos al día y donde casi siempre terminabas diciéndome que por qué no escribía para la Revista.  

Yo te escuchaba, siempre aprendiendo, compartíamos afinidades, culturales y deportivas, hasta de política y de políticos hablábamos, y disfrutaba de esos momentos. Algunos aún eran muy recientes tras mi etapa laboral en Utrera, muy intensa en lo personal y que siempre valoraste, incluida la forma en que me despedí, por medio de una carta, porque no podía ser de ninguna otra. A partir de aquí, fui yo el que valoraba permanente tu trabajo, culturalmente hablando, tu inquietud permanente, tus publicaciones, tus ediciones, tus presentaciones, las conferencias, y en general y en particular, tu amor por Utrera, o pasión, o las dos cosas a la vez.

Hoy, en tiempo presente, quiero decirte que entre café y café, escribía, y escribía mucho, casi como una terapia en algunos momentos muy complicados desde el punto de vista profesional y de mis responsabilidades, y que gracias a ti, mi referente cultural en Utrera, y gracias a Vía Marciala, he mantenido en los últimos años la dosis necesaria de vínculo vital con nuestro Pueblo, con nuestra Ciudad, siempre aprendiendo, esforzándome por mejorar e intentando aportar, junto a otras personas igualmente adictas a nuestra utreranidad, pues qué curioso, en todas ellas va implícito  ese gen o cualidad (se puede cultivar), de Utrera, utrerano o utrerana.

Después de tanto tiempo, quiero compartir con nuestros amigos y amigas de Vía Marciala, precisamente eso, el amor y la pasión por Utrera, en sus dos vertientes y que son totalmente complementarias, la del apego y el sentido de pertenencia a un lugar con su gente y su historia, y a la misma vez, la del inconformista crítico, no sólo como observador y testigo histórico,  sino como sujeto y agente con un campo de acción tan importante y a veces tan intangible como es la Cultura. 

Infinitas gracias, querido amigo Salvador. Que sepas que lo seguiré intentando, que lo seguiremos intentando, porque tú has demostrado que en el intento pertinaz de alcanzar un logro está la posibilidad real y efectiva de conseguirlo.



viernes, 12 de octubre de 2012

LA MILI 1 ERASMUS 0













Cuando se habla (cuando se escribe no tanto), de forma frecuente se recurre a dichos, expresiones o términos propios de ámbitos tales como el mundo del toro, el del fútbol, o el las cofradías, por nombrar algunos. Y lo cierto es que esta culturilla lingüística da mucho juego por su propia riqueza y diversidad, y si además se utiliza entre iguales, entre afines de esos mundos, a buen entendedor pocas palabras bastan.

De forma evidente, el título de más arriba da muestras de que es elegido por la tendencia deportiva del que lo suscribe: La Mili 1 Erasmus 0. No es ninguna expresión, se ve a simple vista que es el resultado de un partido. Y es que fue eso, un partido que se perdió por la mínima, muy disputado, sin goleada, aunque el empate hubiera sido más que merecido, y que se jugó en la década de los noventa (del siglo pasado, claro), y del que ahora casi veinte años después se realiza la crónica, a toro pasado.

La Mili. Tirando un poco de estilo wikipedia (son los tiempos que corren) decir que el Servicio Militar Obligatorio más conocido como “mili” fue siempre exclusivo de los varones y que existió como tal hasta el año 2001. Además, durante los últimos años del franquismo se produjeron los primeros casos de objeción de conciencia y tras la Transición también aparece la insumisión como estrategia de resistencia pacífica al reclutamiento obligatorio.

De historias de la mili hay una infinidad, una por cada recluta o soldado como mínimo. Para unos supuso un cambio de aires, de conocer mundo, salir del pueblo, aprender a leer y escribir incluso, sacarse el carnet de conducir, hacer amigos de otras regiones. La otra cara de la moneda fue para otros muchos, con pérdida de trabajos o estudios, lejos de sus familias y de sus lugares, en fin, para todos los gustos.

Volviendo al partido, tengo que reconocer que mi mili no fue mala, ni mucho menos, y eso que hice el intento de esquivarla con un dribling imposible, pero de pueblo que soy, “con todos los varones de mi familia habiéndose hecho hombres cumpliendo con su deber del servicio militar” (incluso un hermano menor que yo que no tuvo que pedir prórrogas por estudios), fue comentar en mi casa que tenía intención de hacerme objetor de conciencia para recibir la respuesta clara, concreta y concisa de mis mayores: “tú primero haces la mili y ya después si eso te haces objetor de conciencia”. Claro como el agua y con el pelo rapado al cero. ¡Gol de la Mili!

Erasmus. El programa ERASMUS (en honor del teólogo y humanista Erasmo de Rotterdam), responde en inglés a EuRopean community Action Scheme for the Mobility of University Students (Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios), y es un plan de gestión de diversas administraciones públicas por el que se apoya y facilita la movilidad académica de los estudiantes y profesores universitarios dentro de los Estados miembros de la Unión Europea así como de varios países del Espacio Económico Europeo.

Pues bien, después de haber realizado el Servicio Militar, también intenté, o más intentamos, irnos a Francia en un intercambio con la Universidad de París para completar mis estudios de postgrado en recursos humanos, pero reformas laborales y revueltas juveniles paralizaron las relaciones bilaterales. Digo que intentábamos porque para que nos dejaran ir (a un servidor y a su novia) habíamos decido casarnos. Eran otros tiempos. Eso fue lo más cerca que estuve de lo más parecido a una beca Erasmus, de una experiencia vital, un desarrollo personal, de aprender o perfeccionar idiomas, una envidia en definitiva, sí una envidia sana por no haberme podido ir de Erasmus. ¡Tiro al poste tras una muy buena jugada que no se materializa en gol!

Con todo, sirva el resultado futbolístico y este juego comparativo con base autobiográfica para animar a la juventud, chicos y chicas por igual, a que estudien, se esfuercen por obtener una beca Erasmus, que conozcan mundo y personas llenando la mochila personal. Y aunque no me quejaré de mi mili obligatoria de nueve meses, también diré que si hubiera podido tener la posibilidad de elección no hubiera tenido ninguna duda, y a la misma vez también comparto que a más de uno (y de una) no le vendría mal haber tenido la experiencia de la mili o algo parecido. Paradojas razonables, otra más.




jueves, 22 de diciembre de 2011

¡SALUD Y BUENA COMPAÑÍA!



Se acaba este año, uno de los más difíciles y complejos de los pocos que llevamos recorridos del siglo XXI. También terminan, con esta buena intención que anuncio en el título, mis colaboraciones periódicas con la utreranísima revista Vía Marciala. Una temporada completa, doce meses doce, que deseo hayan disfrutado sus lectores, al menos una duodécima parte de lo que ha disfrutado contando sus cosas éste quien suscribe.

Y tenía que ser en diciembre, en vísperas de las Navidades, en el mes duodécimo y a las puertas de 2012 . Pues sí, tenía que ser, y porque quería sin más desear a todo el mundo mis mejores intenciones. Como siempre intentaré justificarme y motivar mi deseo, aunque en este caso no hace falta ninguna. Tampoco me gustaría nada que se interpretara esta última reflexión de la temporada como una expresión al uso de un comercial consejo de auto-ayuda; nada más lejos de mi pretensión.

Frases y expresiones cargadas de buenas intenciones, y más en estas fechas, las hay a patadas. Lo de a patadas me ha quedado un poco violento, o futbolístico, la verdad. Más políticamente correcto sería desear lo que dicen las misses, aquello de “La paz en el mundo”, o lo de “paz y amor” que dirían los hippies, o desear tener “dinero, trabajo y amor”, quizás un tanto materialista, pero tal como están las cosas...

Más elevado si cabe, y utópico a la misma vez, sería desear “la felicidad”, ese estado de grata satisfacción espiritual y física, estado de ánimo del que disfruta de lo que se desea, satisfacción, alegría o contento, sin ausencia de inconvenientes o tropiezos. Sería perfecto sí, pero imposible siempre y en todo momento. La vida es otra cosa.Como digo, yo me conformo (aunque sé que no es poco) con “salud y buena compañía”. La salud es el nivel más básico y principal a partir del cual el ser humano puede aspirar a cubrir necesidades y deseos más elevados. Hablo de salud física y de salud mental, aunque entiendo que ambas van indisolublemente unidas, interrelacionadas y en el mismo grado de importancia.

A partir de esta premisa básica, quizás una de las claves para ser un poco más felices, pudiera ser encontrarnos en esa buena compañía que todos sin excepción necesitamos. Podría ser la del amigo que te oye en un café ante una decisión que tomar o ante un posible problema al que hacer frente. La de una madre, o una abuela, que te oye, asintiendo o no, con la que te desahogas, que te hace alguna pregunta que parece ajena al previsible fondo del asunto pero que ayuda y te da seguridad y confianza. O la compañía de un padre, que igualmente sabes que está ahí, que te oye, te da su opinión y después sabes que pase lo que pase, seguirá estando ahí después, previo el inevitable “te lo dije, sabía lo que te iba a pasar”. Y qué decir de la compañía de una pareja, incondicional siempre, que te equilibra, en lo bueno y en lo malo. En fin, las personas, siempre las personas.

Termino con una cita que me gusta mucho y con un libro que igualmente estoy seguro me gustará. La cita es de un personaje que representaba la actriz inglesa Emma Thompson, y que decía que “cuando me necesitáis y no me queréis debo quedarme; cuando me queréis y no me necesitáis debo irme”. El libro, “La felicidad de las cosas pequeñas”, del periodista Antonio San José, y que propone la necesidad de vivir despacio, de saber identificar esos momentos de la vida cotidiana, esos instantes que hacen que la vida sea más agradable y “tener la actitud vital” de querer disfrutarlos.

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2012, y ya vendré de visita de vez en cuando...

jueves, 8 de septiembre de 2011

LA INNOVACIÓN












Esta entrada "remasterizada" de una anterior, me gusta mucho. La disfruté en su momento y ahora me recreo en ella, Especial de Feria de Consolación de Utrera 2011.
La innovación


Comienzan y finalizan en septiembre muchas cosas, como nuestra Feria de Utrera. Pero en este mes, a medio camino entre el verano y el otoño, también se inicia el curso académico, de forma efectiva comienzan a funcionar con renovadas energías las corporaciones municipales recientemente constituidas, y ciertamente da comienzo una especie de nuevo año o ejercicio a efectos prácticos. Por todo ello, y porque el inminente otoño se presenta muy interesante y entretenido, para quien emprenda nuevos proyectos, para quien inaugure un curso más tras las merecidas vacaciones (profesorado y alumnado por igual), este mes me parece el más apropiado para hablar de la innovación. Cursiva

La palabra innovación viene del latín innovatio, acción y efecto de innovar, es decir, mudar o alterar algo, introduciendo novedades. En este sentido, cada vez se está consolidando más la idea o la concepción de la innovación no como un fin en sí mismo, sino como un medio, como una constante de carácter transversal o permanente en la propia actividad que se realice. En alguna ocasión, en un contexto profesional, he recurrido a una representación gráfica de la innovación para obtener como mensaje principal la búsqueda de soluciones imaginativas a las cuestiones que se plantean, donde a veces es necesario abrirse a nuevas fórmulas no delimitadas por unas coordenadas predeterminadas.Tras este mensaje positivo de la idea de innovación, ante una cuestión, problema, reto o marrón, se encuentra esa idea transversal o constante de la necesidad de tener en cuenta o contar con otras perspectivas, pues la única que se tiene se puede llegar a perder, requiriéndose salir fuera, verlo todo desde otro ángulo y observarlo con otra mirada, con otras miradas.

Pero ya está bien de teoría y pongamos un sencillo caso práctico, que por sencillo es hasta inocente, pero que gráficamente puede ser un buen ejemplo. Se trata del dibujo de un niño, de nombre Diego Pablo, que con cinco años encontró esta solución innovadora ante una necesidad:






En la representación vemos a Goku (personaje de la serie de dibujos animados Bola de Dragón), en el centro del folio, y se ve que fue lo primero que dibujó. Después a la izquierda dibujó “el planeta chiquitito con su castillo y sala de entrenamiento”, al que se accede por una escalera. Al lado está “la torre del Gato que habla, el maestro de Goku”. En el centro, arriba del personaje, ahí empezó el problema y también la solución, pues ya sólo le quedaba representar el Dragón, y el espacio del resto del folio no dibujado era demasiado pequeño para un dragón tan grande, “por lo menos hacen falta dos folios”.

A dibujar el Dragón le ayudó su amigo Juan Amador, que pintó la boca y los bigotes (Trabajo en Equipo), y ante este dilema de la falta de espacio, la solución fue la que es, quizás la más sencilla, y quizás las más creativa, es decir, que el cuerpo del gran dragón se corte a la derecha del folio para más abajo volver a entrar con su cola dentro de la escena, “de lo grande que es”; en otras palabras, hay que imaginarse la parte del mitológico reptil volador que no se ve por no caber en la escena, donde estarían las otras dos patas y dónde se curva la cola para que entre de nuevo en el mismo folio.

Para finalizar el cuadro y acabarlo de adornar, insertó las siete bolas mágicas del Dragón, “que si las consigues puedes pedir un deseo”. Ese es precisamente el momento de la representación, cuando Goku está a punto de pedir su deseo habiendo conseguido ya las siete bolas mágicas.

Me parece absolutamente brillante e imaginativo, por sencillo e inocente, por la naturalidad con que me lo comentó (entrecomillados), por la cara de extrañeza que puso ante mis apreciaciones y la fiesta que le hice; porque intuyo que Diego Pablo está satisfecho y orgulloso, sobre todo de que a su padre le haya gustado tanto su dibujo, que lo haya escaneado, y que se pase una tarde escribiendo estas cosas sobre su Dragón, y que finalmente se las lea antes de irse a dormir ya publicadas en su Blog de internet, y pasado un tiempo, también porque la revista Vía Marciala publique su pequeña obra de arte innovadora (esto último desde un subjetivo y paternal punto de vista, claro está).

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sábado, 9 de julio de 2011

EL VERANO, LAS CERVEZAS Y EL TURISMO SOSTENIBLE DE BAJO IMPACTO (TUSBI)

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El verano, las cervezas
y el Turismo Sostenible de Bajo Impacto (TUSBI)



Y llegó el verano. Y con la estival y calurosa estación, también llegan las campañas de publicidad de las refrescantes cervezas, cada vez mejores (las campañas, digo), con esos anuncios sugerentes, de música pegadiza, pasarelas de gente guapa y joven, amplias sonrisas, con ganas de vivir y de pasarlo bien, de ser felices.

Sobre algunos de estos anuncios se podría hablar largo y tendido, y quizás algunos expertos publicistas algún día escriban libros y manuales sobre los spots cerveceros. Estas narraciones con imágenes, pequeños cortos de cine o auténticos videoclips musicales, suponen verdaderos estudios de mercadotecnia de su potencial consumo, y la verdad es que están muy bien conseguidos, estéticamente hablando, porque transmiten mensajes muy interesantes y positivos, y porque de verdad que entran ganas de tomarse una cervecita bien fría.Y todo esto para acabar hablando quizás de otros asuntos, que aunque no más trascendentes, si parecen un poco más trabajados. Verán, la cerveza nuestra (aunque de capital extranjero de origen holandés y convertida en multinacional), sí, la de la Cruz del Campo, no deja de sorprendernos gratamente con sus campañas de publicidad. Esta temporada, por ejemplo, juega con el mensaje de Norte y Sur, no perder el Sur, todos necesitamos un poco de Sur para no perder el Norte. Se trata de una clara apuesta por una actitud ante la vida, sin hacer diferencias ni marcar distancias entre ambos puntos, sino todo lo contrario, entendiéndolos como complementarios y necesarios a más no poder, y muy interesante de comentar.

Digo que me parece muy acertada la campaña además porque me ha gustado mucho el juego de palabras que realiza y la idea que representa en positivo de una localización geográfica. Y me gusta porque coincide con una reflexión de mi admirada Matilde Asensi cuando en su novela Todo bajo el Cielo (Editorial Planeta, 2006) dice que los chinos “consideran que el punto cardinal principal es el Sur (hacia donde señalan sus brújulas, al contrario que las nuestras) y, por este motivo, orientan en esa dirección las puertas delanteras de sus casas y de sus ciudades. El norte por lo tanto, es la parte de atrás en la concepción china del espacio”.

A estas alturas no esperaba encontrar una conexión entre la cerveza de la Tierra y el gigante asiático, pero cosas más sorprendentes se han visto, como la definición y cuño de nuevo concepto realizado en esta humilde colaboración, el llamado Turismo Sostenible de Bajo Impacto (TUSBI), una modalidad de turismo muy de moda este verano donde la imaginación debe hacer frente a la crisis, y en el que se revalorizan las redes sociales reales (por ejemplo apartamentos de amigos y familiares), neveras playeras con mobiliario anexo incluido, tortillas y filetes empanados, bebidas fresquitas y frutas del tiempo, contadísimas visitas al chiringuito, excursiones lúdico-culturales gratuitas, y caracterizada principalmente por una mayor convivencia humana y personal, disfrute de la naturaleza y respeto por el medio ambiente.

Y para finalizar, y venirnos arriba, el spot del año pasado de Cruzcampo. Disfrútenlo sin más, sin muchas pretensiones ni connotación de ningún tipo, porque es tiempo de verano...

¡Buen verano, y buenas vacaciones!