"Ética, sobre la moral y las obligaciones;
estética, de la belleza y el arte;
y otras cosas..."


sábado, 2 de octubre de 2021

OFRECIMIENTO MOSTACHÓN DE ORO 2020




Ya ha pasado casi un mes desde el del 6 de septiembre del presente año 2021, y no quiero dejar pasar la ocasión de dejar constancia de esa noche en el Castillo de Utrera, donde tuve la suerte de participar en el acto solemne de entrega de los Mostachones de Oro de 2020, que otorga la Orden del Mostachón de Utrera, a la que pertenezco por tiempo limitado de cuatro años. Ya solo me queda una última elección antes de la renovación y entrada de nuevos miembros. Así que me esforcé por hacer la mejor presentación posible, y el resultado en lo personal no ha podido ser más satisfactorio.




JOSÉ MARÍA MARTÍN CORROCHANO

MOSTACHÓN DE ORO 2020


Autoridades, compañeros y compañeras de la Orden, personas asistentes a este acto solemne, amigos todos, muy buenas noches. Tengo el inmenso honor de presentar al Mostachón de Oro a los últimos años, concedido a un militar, al Comandante de la Unidad Militar de Emergencias, la U.M.E., don José María Martín Corrochano, el Comandante Corrochano.

I.- INSTITUCIONAL.

Su carrera militar es impecable. En 1983 ingresó en la Academia General Básica de Suboficiales de Lérida, donde obtiene la graduación de sargento en su décima promoción y que ejerce en la Primera Bandera Paracaidista Roger de Flor. En 1999 siendo sargento primero ingresa en la Academia de Oficiales de Zaragoza, y se gradúa como alférez y teniente, ascendiendo a capitán y posteriormente a comandante, que es en la actualidad. Experto especialista en eventos NBQ, nuclear, bacteriológico y químico, y con una amplísima formación, ha impartido numerosas conferencias en España y en el extranjero sobre riesgos tecnológicos y medioambientales.

En 2006, hace ya 15 años, fue soldado fundador de la U.M.E., siendo hoy el más antiguo o el de más experiencia. Reseñar que ha sido testigo directo de la transformación y evolución de este proyecto, hoy una realidad consolidada, y una de las Instituciones más valoradas por la sociedad civil, por todas las Comunidades Autónomas y de cualquier color político; bueno, de la U.M.E. en particular, y del Ejército en general, pues "todos son soldados de España del Siglo XXI".

Tanto como suboficial como oficial, ha participado en las más destacadas misiones internacionales, como las que desarrolló en Irak, en los dos conflictos bélicos en 1991 y 2003, y también en la antigua Yugoslavia, donde fue herido por una granada. Gracias a Dios y la Virgen de Consolación, llevaba puesto su chaleco protector, y aunque la metralla le hirió su escápula izquierda, su gran corazón, quedó indemne. Su boina, y la de su compañero Dorante, colgaron durante muchos años en la sala de exvotos de Nuestra Señora, una vez terminaron su misión, sanos y salvos.

Merecedor de numerosas condecoraciones civiles y militares, placas, encomiendas y cruces (como la de San Hermenegildo), y medallas (como las internacionales de la ONU y la OTAN o la del Sufrimiento por la Patria), es importante destacar una de las más recientes, la que recibió de manos del Ministro del Interior, la Medalla de Mérito de Protección Civil en febrero del presente año, como responsable de la Operación BALMIS en la gestión de las tres morgues provisionales de la Comunidad de Madrid, por los valores, integridad, profesionalidad, humanidad y dignidad en el trato a todos los caídos por la pandemia.

El Comandante Corrochano, es nuestro héroe utrerano, un utrerano ejemplar, digno de nuestra admiración y reconocimiento, representante de tantos héroes anónimos que en Utrera tenemos la suerte de poner cara, nombre y apellidos. A todos ellos, héroes y heroínas en la Batalla contra el COVID-19, les queremos dar las gracias, y por supuesto también al Dr. José Manuel Aranda Lara así como a todo el personal sanitario.

II.- DE UTRERA.

De nuestro homenajeado tuve noticias en el Curso 83/84. No le conocí personalmente, pero sí a Teresa Rodríguez, mi compañera de bachillerato en nuestro querido Colegio de los Salesianos de Utrera, enamorada de un soldado paracaidista de nombre Jose Mari. Su esposa muy poco tiempo después, es la madre de sus tres hijos, José María, Alejandro y Sergio, y para su marido es la verdadera heroína de su vida. Se fueron para tres años a Alcalá de Henares, y han pasado más de 30 años, de feliz matrimonio. Estoy seguro que Tere es la persona más feliz en estos momentos. Enhorabuena a los dos, a toda la familia.

Decía que nuestro Mostachón de Oro es un militar, de vocación y de estirpe, materna y paterna, y también una persona muy especial:

▪ Porque aunque alcalaíno de Henares de adopción no se puede ser más de Utrera. Utrerano de la Vereda y de la calle Ancha, es un enamorado de su Semana Santa, del Martes Santo rabanito con su Cristo del Amor y la Virgen de las Veredas, costalero del Jesús atado a la Columna y de la Trinidad.

▪ Porque transmite utreranidad a raudales donde quiera que esté, como utreranos son sus tres hijos, a los que ha transmitido “inter vivos” el amor por su Tierra. Deseando que llegue cada mes la revista Vía Marciala, tiene la cita del 15 de agosto en Santa María como una de las tradiciones familiares más esperadas.

▪ Y porque además todo ello es Hermano Mayor, sí, de La Muy Utrerana Hermandad de Sergio, Tati y Lalín, sus hermanos, a los que adora, honor que tiene y devoción que comparten todos por sus Titulares, Dª Matilde Corrochano (enhorabuena a la madre más orgullosa en el Castillo de Utrera) y D. José María Martín. Su padre seguro que estará disfrutando esta noche acompañado por su Tertulia de Ilustres Utreranos, aquella en la que el “niño-viejo” Jose Mari se colaba, de la que tanto disfrutó y tanto aprendió.

Pero volvamos a la Operación BALMIS, donde nuestro paisano estuvo al frente de un EQUIPO de 150 personas, de la UME y el Ejército de Tierra, prestando ayuda en el traslado y custodia de las personas fallecidas, en coordinación con Bomberos de la CC.AA. de Madrid, Funcionarios de la Consejería Competente y de la Unidad de Sanidad Mortuoria.

Durante 73 días no vivió para otra misión que no fuera el Palacio de Hielo de Madrid, el Depósito de la Ciudad de la Justicia de Valdebebas y la Pista de Hielo de Majadahonda. Más de 1.800 personas fallecidas, donde personas como él se encargaron de que no estuvieran solas, de que una oración las despidieran, las acompañaran, a ellas y a sus familias, a las que sustituían con honor, el honor que merecían como caídos en una batalla. Y un detalle y que no es menor: de esta misión no se ha conocido ninguna fotografía de ataúdes masivas, ninguna imagen escabrosa ni morbosa. Nadie lo hizo ni nadie lo permitió. Por dignidad y por respeto.

De esta experiencia de vida, de su diario de agradecimientos en las redes sociales, adelanto habrá dentro de mi poco tiempo un libro, titulado MEMORIAS DE UN SOLDADO EN EL PALACIO HIELO, con prólogo de la Ministra de Defensa, Margarita Robles, y que he tenido el privilegio de leer.

III. CONCLUSIONES.

Nuestro Mostachón de Oro es en definitiva una buena persona, que afirma que “la pandemia a él lo ha hecho mejor persona, le ha sacado lo mejor de sí mismo, y cree que también en general a toda la sociedad”. De su experiencia vital y de sus reflexiones, que narra en su diario, me gustaría compartir un par de detalles más, con permiso de su autor:

▪ Como los agradecimientos que recibe, vía correos electrónicos, llamadas telefónicas, incluso visitas, todas de personas desconocidas, para darle las gracias. Una pidió verle en persona y con un sincero y emotivo abrazo, quiso reconocer y agradecer el trato recibido por su padre fallecido, del que se estaba despidiendo de alguna forma con ese abrazo, por el vínculo que se había creado.

▪ O como el trato que recibieron dos ancianos, marido y mujer, fallecidos el mismo día, y que fueron trasladados juntos en el mismo vehículo, y juntitos, el uno al otro, estuvieron en Palacio de Hielo, sin el metro de distancia reglamentario, lo que valoró, y mucho, de las personas que tuvo la suerte de coordinar. Ni que decir tiene que nuestro homenajeado es un magnífico gestor de personas, que conoce y que llama a todos sus compañeros subordinados por su nombre.

Como persona es una persona positiva, optimista y sobre todo muy agradecida, de la vida, de tener la familia y los amigos que tiene, los que están presentes y los que están en su recuerdo. Y como militar es un hombre de acción, de acción y con sensibilidad, en él totalmente compatible. (1)

José María podría ser el protagonista de la mágica historia que contaba el ilusionista argentino René Lavand (2). El soldado Corrochano representa el espíritu de quien cumple “el juramento sagrado de no abandonar a un hombre en el campo de batalla y de no dejarlo nunca solo”. Dice así:

Había terminado la guerra. La patrulla en retirada.

Un soldado pide permiso a su capitán para volver al campo de batalla en busca de un amigo.

Se le niega el permiso: “Es inútil que vayas: está muerto”.

El soldado desobedece la orden y va a por su amigo.

Regresa con él en brazos. Muerto.

“Te lo dije, era inútil que fueras”.

“No mi capitán. No fue inútil.

Cuando llegué, aún estaba con vida y solamente dijo:

Sabía que ibas a venir"



1. José Martínez Ruiz, Azorín (1873-1967). "Los hombres de acción, si tuvieran sensibilidad, no serían hombres de acción. No podrían hacer nada. La sensibilidad es el disolvente de la acción".

2. Héctor René Lavandera, René Lavand (1928-2015). RENÉ LAVAND, ARTESANO DE ILUSIONES Y CONTRABANDISTA DE FRASES


He dicho, Diego
He dicho, digo...



viernes, 1 de octubre de 2021

NOTICIA: FOTOGRAFÍAS VS TEXTO


No se trata de confrontar nada. No piensen mal. Se trata de un post curioso, distinto, sin más pretensión que la propia de compartir, como algo que me ha llamado la atención y que me causa cierta sorpresa, pero sorpresa grata, que conste. Propio de la categoría "otras cosas", mi cajón desastre donde coloco todo lo que me gusta, por el motivo que sea, y que traigo a mi especial espacio en Internet.

Al abrir la noticia en un periódico digital en el que de momento no es obligatoria la suscripción (lo que se agradece de forma gratuita) y que por más señas se trata del DIARIO DE SEVILLA, tras una primera lectura a vuela pluma, mi primera conclusión es que aunque sabiendo que se está hablando del tranvía de la capital andaluza, de un problema del retraso en las obras de un nuevo trayecto, proyectos, licitaciones, etc, no tengo más remedio que reconocer que lo que más me ha gustado del artículo son sus fotografías, todas de lugares de los que está hablando su redactora, pero todas con personas, en acción de algo, todas con ciclistas, en alguna posición y actitud, con una historia cada una de ellas, y cuyo resultado es que... tendré que volver a leer el artículo.






P.D.: El fotógrafo se llama Juan Carlos Vázquez, al que le doy las gracias, a la redactora de la noticia Ana S. Ameneiro y por supuesto al Diario de Sevilla, también.


jueves, 23 de septiembre de 2021

VIVIR ES URGENTE


De propósitos, objetivos y proyectos viven el hombre y la mujer. De la ilusión de seguir aprendiendo, innovando, emprendiendo, y compartiendo. Si has pasado por aquí alguna vez verás que no es nuevo en mi forma de entender la vida. Y por eso hoy traigo mi última adquisición/colaboración, bueno, el texto y la foto que la acompaña. Se trata de la Camiseta de Pau, una iniciativa de Jarabe de Palo contra el cáncer y Help! Ideas Buenas. Tiene muchos mensajes, dibujos, tatuajes, en fin, muy positivo todo y que todos necesitamos. Y además, se comparte el regalo musical de la última canción de Pau Donés, todo un himno a la amistad, al amor y a la vida, de presente y de futuro. Su último legado.



domingo, 5 de septiembre de 2021

LA FERIA QUE VENDRÁ Y MÁS COSAS


Cartel Feria 2019, la última  celebrada.
Cartel Feria 2019,
la última celebrada.

Como cada año en el número especial de Feria de Consolación, quiero compartir en nuestra querida revista Vía Marciala lo mejor que he podido escribir durante el caluroso verano, con varias olas de calor además de otras, y ninguna buena. Pero este verano he de reconocer que está siendo no solo distinto, sino también muy extraño, yo diría que un tanto confuso, porque este año, por segundo consecutivo, no tendremos nuestras fiestas patronales en honor a Nuestra Señora de Consolación de Utrera, tal y como las veníamos celebrando, por razones obvias y más que justificadas, y que no son pocas.


Estarán de acuerdo conmigo que la última Feria de Consolación, la de 2019, nos parece muy lejana en el tiempo, es más, parece que han pasado muchos más años. Pero a mí no se me olvida que fue ese 2019, el mismo que lleva de apellido el maldito virus que se lo puso por corona, el Covid-19;  ¿quién nos lo iba a decir?  que esa Feria sería la última de las ferias “normales”, porque la de 2020 no existió, y la de este 2021 va por el mismo camino, y las siguientes, pues ya veremos cómo serán las de 2022 y años sucesivos.


Digo que está siendo muy extraño y confuso todo porque nosotros, los humanos, somos animales de costumbres, y a lo largo del año en curso nos regimos y orientamos por diversos momentos o hitos. En lo festivo, por ejemplo en navidades, los carnavales, la Semana Santa o la Feria, y con ella el inicio del Curso, las temporadas deportivas, y con su finalización, tanto del uno como de las otras, el inicio del verano y las vacaciones, y así sucesivamente. Yo no sé ustedes, pero a este que les cuenta le cuesta mucho. El símil o comparación sería el de esa hilera de hormigas que van siguiendo su camino pero que un elemento extraño lo interrumpe, como la rueda de un vehículo, una pisada (normalmente el hombre anda cerca) y además de llevarse por delante a un buen número de las mismas hace que las demás hormigas salgan despavoridas a la par que desorientadas. No diré como Joaquín Sabina “así estoy yo”, pero casi.


Los que ya tenemos una edad y cierta perspectiva deportiva, también nos acordamos o recordamos, que no es lo mismo, diversos momentos de nuestras vidas que han pasado en el período intermedio que hay cada cuatro años, como los mundiales de fútbol, las eurocopas, y lógicamente también los Juegos Olímpicos. Y así ha sido hasta hace muy poco, hasta que perdimos el 2020. Ya casi que no sabemos ni dónde se ha celebrado siquiera la Eurocopa que se debió haber jugado el año pasado, la que ha ganado Italia. Tampoco estoy seguro dónde y cuándo se jugará el próximo mundial de fútbol. Y además, con esta situación que nos está tocando vivir, el ciclo olímpico hasta París 2024 será de tres años, después de los celebrados en Tokio 2020 en este singular verano, como digo de 2021. Un lío, convendrán conmigo. Reitero el símil hormiguero.


Que digo yo, como decía a su vez mi admirado Santiago Posteguillo en una de las conferencia de la Palabra a Escena de nuestra Caja Rural de Utrera y uno de los últimos ganadores del Premio Planeta, que estos “serán los tiempos interesantes” que nos están tocando vivir, esos a los que él se refería que viven las personas que tienen la desdicha de sufrir grandes conflictos bélicos, como nuestra Guerra Civil, o las Guerras Mundiales. Que nuestros “tiempos interesantes” vengan dados por la pandemia mundial que se está llevando tantas vidas y que tanto nos está haciendo cambiar, y no solo el paso, es ya una realidad que ha superado sobradamente la ficción. Seguro que Santiago estará de acuerdo conmigo también.


Y así estamos, pensando que nos encontramos ante un efecto de la llamada globalización, donde la salud, que siempre debió ser lo primero, está rigiendo nuestro devenir, el del mundo entero y el de nuestros pequeños mundos. De sus efectos, o puede que algunas de sus causas, está la encrucijada climática, con un cambio de temperaturas incuestionable que urge de medidas contundentes y compromisos medioambientales inaplazables. Con un futuro incierto respecto de cómo vivimos y compartimos, desde lo individual a lo colectivo, con la esperanza de ir recuperando lo perdido, con seguridad y paciencia, con cambios en nuestros gustos, nuestras casas, nuestros trabajos, en nuestro tiempo de ocio, valorando más lo rural y auténtico. Necesitados también, y muy importante, de juicio crítico y pensamiento propio, de un nuevo periodismo, con fuentes sólidas y fiables, y no tantas redes sociales virtuales, que también, pero no solamente. Este párrafo último no es mío propiamente, aunque sí es un resumen propio del documental audiovisual de seis capítulos ¿Y DESPUÉS QUÉ?, del grupo VOCENTO y con el patrocinio de CORREOS, que se recomienda ver.


¿Y AHORA QUÉ? SERIE DOCUMENTAL


En fin, y todo esto, para acabar como cada año deseando un buen inicio de Curso, una buena temporada, y confiando en que ya vendrán tiempos mejores, donde prescindamos de las mascarillas, donde nos volvamos a mirar de forma completa, sin distanciamiento social, y anhelando que cuanto antes, cuando se pueda, que nos podamos abrazar en el Real de la Feria de Consolación de Utrera, y pidiéndole a Ella que nos proteja, a nosotros y a nuestros seres queridos.





sábado, 3 de abril de 2021

DONDE DIJE DIGO, DIGO DIEGO


El título de esta entrada es el refrán con mi nombre, muy utilizado cuando alguien cambia su actuación respecto de lo que ha dicho previamente o se desdice. La persona a la que le afecta el mencionado cambio para reprocharlo de una forma irónica dice “donde dije digo, digo Diego”.

Cuando alguien lo utilizaba en mi presencia, siempre puntualizaba que no lo compartía. Es más, muchas veces terminaba un comentario escrito con "he dicho, Diego". Pero hete ahí que estos días se ha publicado nada más y nada menos que el Boletín Oficial del Estado (B.O.E.) una corrección de errores que viene a dar carta de naturaleza oficial al referido refrán: 


Donde dice: « Digo», debe decir: «Diego».



A partir de ahora no puntualizaré nada cuando lo oiga. Ya es oficial. 

He dicho, digo, Diego.


domingo, 28 de febrero de 2021

ARTE, CULTURA Y COMPROMISO SOCIAL






Post de encargo, el que me hace la Revista Vía Marciala para el número especial del mes de febrero de 2021, con motivos de la fiesta de Carnavales. Ahí queda, sirviendo al mismo tiempo como homenaje al gran Salvador Távora.


ARTE, CULTURA Y COMPROMISO SOCIAL 


Con este título tan gran grandilocuente,  y de la forma más sencilla, quería hacer un pequeño homenaje a Salvador Távora pasados ya dos años desde su fallecimiento. Y lo hago casi en período de Cuaresma, que este año tiene lugar desde el 17 de febrero al 1 de abril, en vísperas de los Carnavales, una de las fiestas más alegres y divertidas. Aunque para gustos, los colores, y más que seguro habrá detractores de esta fiesta pagana, como los habrá también de otra celebración religiosa como es la propia Semana Santa. Pero lo importante es que se puedan disfrutar, vivir, y sentir, con respeto cuanto menos de unos y otros, porque también estoy seguro que habrá hasta capillitas carnavaleros y viceversa ¿y por qué no? Una curiosidad: los Carnavales y la Semana Santa son dos eventos, celebraciones o fiestas, que ambas se viven en la calle y que las dos son gratuitas (interrumpidas en estos momento por la pandemia del COVID-19, pero que volverán como las aguas vuelven a su cauce, téngalo por seguro). Ahí queda dicho, con el debido respeto (expresión cuasi jurídica que justifica cualquier verdad que se dice cuando el receptor puede que no comparta la opinión expresada, que no creo que sea el caso…).


En estos dos años que han pasado, he de reconocer que me estoy haciendo mayor, sin lugar a dudas, y gracias a Dios, que lo estoy contando. En este mes de febrero he superado con holgura el medio siglo, cinco décadas o diez lustros. Se nota que soy de letras, y por eso busco y hasta encuentro expresiones explicativas de mis incipientes y cada vez más numerosas canas, y entre otras estará, de forma objetiva, el hecho de que sigo cumpliendo años (afortunadamente como decía), habiendo superado de forma indubitable el paso del ecuador de esta que está siendo mi vida. Pero no me quiero poner existencialista, ni nada por el estilo, y acreditada mi particular crisis de los 50, ahora con números, comparto una singular historia vivida en el mes de junio de 2012, en la que yo, este que les cuenta, interpreta su papel, ni más ni  menos que con la complicidad del mismo Salvador Távora, que se interpretaba a sí mismo, junto a un pequeño elenco de actores, en sentido amplio, presentes y algún que otro ausente.





Por aquel tiempo desde la empresa en la que yo trabajaba, colaborábamos con la Universidad. El caso es que el alumno de un profesor amigo, necesitaba entrar en una nave industrial privada, situada en el Polígono HYTASA de Sevilla, en el Barrio de Cerro del Águila, donde, y cito textualmente: "Salvador y unos vecinos tenían en mente un proyecto de reciclar esta nave con usos culturales". A través de mi amigo, se pusieron en contacto con el joven estudiante que estaba desarrollando esta idea como proyecto de fin de carrera. "Se ve que el proyecto quedó parado porque el dueño de la nave, que en un principio estaba receptivo, se replegó al oír palabras como patrimonio. Suponemos que temió algún tipo de protección patrimonial que no le dejara sacar beneficio". Lo cierto y verdad es que se necesitaba desarrollar una estrategia para poder acceder al abandonado edificio, y realizar fotos y medidas que permitieran poder seguir adelante con el proyecto y el proceso de diseño. Y ahí estaba un servidor, para echar una mano, por supuesto. 






Mi modesto papel, actor de reparto aunque imprescindible, era mostrar interés por adquirir el citado inmueble, para lo cual no tuve que hacer ningún esfuerzo, ni hizo falta sobreactuación ni me puse nervioso, solo que algunas mariposas en el estómago sí tenía, y no era para menos, más que nada por la compañía. Era mi trabajo por aquel tiempo, entre otras funciones, la de visitar inmuebles a rehabilitar, además de proyectar y dirigir actuaciones singulares, y esta efectivamente era una actuación muy singular, como estarán comprobando. Así que efectivamente concerté la visita con el corredor de la propiedad que tenía las llaves (hoy más conocido como agente inmobiliario) para visitar la nave industrial donde se estudiaba la viabilidad de un auténtico Proyecto de Gestión Social del Hábitat, y como prueba la presencia de un joven arquitecto colaborador, una representante vecinal del Barrio y sobre todo la presencia de nuestro insigne dramaturgo, actor, director, emprendedor, promotor, renovador, artista don Salvador Távora Triano (Sevilla, 3 de abril de 1930 - Sevilla, 8 de febrero de 2019). 







No he vuelto a saber del proyecto, pero como tengo todos los contactos, a lo mejor hay una segunda parte de esta historia, con información actualizada e incluso algún enlace web. De momento se van tener que conformar con las pruebas gráficas del espacio y alguna instantánea de  la representación de aquella sesión vespertina, totalmente real, de la que me siento partícipe, y con el paso del tiempo, afortunado. Conocí anteriormente a mi admirado Salvador Távora en FIBES cuando asistí con unos amigos a su gran obra Carmen, de esto hace más de quince años, con la magistral interpretación de Lalo Tejada. Me sentí muy orgulloso de poder ayudar, y de  volver a hablar con él y conocerlo de forma más cercana ese día de San Antonio de Padua (pero que nació en Lisboa), el día 13 de Junio de 2012, en esta particular, singular, y para mí, inolvidable cita y encuentro en la Nave Central Térmica de HYTASA, Cerro del Águila, en Sevilla.






Esta foto queda para mi recuerdo,
y en memoria de Salvador Távor
a.