"Ética, sobre la moral y las obligaciones;
estética, de la belleza y el arte;
y otras cosas..."


domingo, 28 de febrero de 2021

ARTE, CULTURA Y COMPROMISO SOCIAL






Post de encargo, el que me hace la Revista Vía Marciala para el número especial del mes de febrero de 2021, con motivos de la fiesta de Carnavales. Ahí queda, sirviendo al mismo tiempo como homenaje al gran Salvador Távora.


ARTE, CULTURA Y COMPROMISO SOCIAL 


Con este título tan gran grandilocuente,  y de la forma más sencilla, quería hacer un pequeño homenaje a Salvador Távora pasados ya dos años desde su fallecimiento. Y lo hago casi en período de Cuaresma, que este año tiene lugar desde el 17 de febrero al 1 de abril, en vísperas de los Carnavales, una de las fiestas más alegres y divertidas. Aunque para gustos, los colores, y más que seguro habrá detractores de esta fiesta pagana, como los habrá también de otra celebración religiosa como es la propia Semana Santa. Pero lo importante es que se puedan disfrutar, vivir, y sentir, con respeto cuanto menos de unos y otros, porque también estoy seguro que habrá hasta capillitas carnavaleros y viceversa ¿y por qué no? Una curiosidad: los Carnavales y la Semana Santa son dos eventos, celebraciones o fiestas, que ambas se viven en la calle y que las dos son gratuitas (interrumpidas en estos momento por la pandemia del COVID-19, pero que volverán como las aguas vuelven a su cauce, téngalo por seguro). Ahí queda dicho, con el debido respeto (expresión cuasi jurídica que justifica cualquier verdad que se dice cuando el receptor puede que no comparta la opinión expresada, que no creo que sea el caso…).


En estos dos años que han pasado, he de reconocer que me estoy haciendo mayor, sin lugar a dudas, y gracias a Dios, que lo estoy contando. En este mes de febrero he superado con holgura el medio siglo, cinco décadas o diez lustros. Se nota que soy de letras, y por eso busco y hasta encuentro expresiones explicativas de mis incipientes y cada vez más numerosas canas, y entre otras estará, de forma objetiva, el hecho de que sigo cumpliendo años (afortunadamente como decía), habiendo superado de forma indubitable el paso del ecuador de esta que está siendo mi vida. Pero no me quiero poner existencialista, ni nada por el estilo, y acreditada mi particular crisis de los 50, ahora con números, comparto una singular historia vivida en el mes de junio de 2012, en la que yo, este que les cuenta, interpreta su papel, ni más ni  menos que con la complicidad del mismo Salvador Távora, que se interpretaba a sí mismo, junto a un pequeño elenco de actores, en sentido amplio, presentes y algún que otro ausente.





Por aquel tiempo desde la empresa en la que yo trabajaba, colaborábamos con la Universidad. El caso es que el alumno de un profesor amigo, necesitaba entrar en una nave industrial privada, situada en el Polígono HYTASA de Sevilla, en el Barrio de Cerro del Águila, donde, y cito textualmente: "Salvador y unos vecinos tenían en mente un proyecto de reciclar esta nave con usos culturales". A través de mi amigo, se pusieron en contacto con el joven estudiante que estaba desarrollando esta idea como proyecto de fin de carrera. "Se ve que el proyecto quedó parado porque el dueño de la nave, que en un principio estaba receptivo, se replegó al oír palabras como patrimonio. Suponemos que temió algún tipo de protección patrimonial que no le dejara sacar beneficio". Lo cierto y verdad es que se necesitaba desarrollar una estrategia para poder acceder al abandonado edificio, y realizar fotos y medidas que permitieran poder seguir adelante con el proyecto y el proceso de diseño. Y ahí estaba un servidor, para echar una mano, por supuesto. 






Mi modesto papel, actor de reparto aunque imprescindible, era mostrar interés por adquirir el citado inmueble, para lo cual no tuve que hacer ningún esfuerzo, ni hizo falta sobreactuación ni me puse nervioso, solo que algunas mariposas en el estómago sí tenía, y no era para menos, más que nada por la compañía. Era mi trabajo por aquel tiempo, entre otras funciones, la de visitar inmuebles a rehabilitar, además de proyectar y dirigir actuaciones singulares, y esta efectivamente era una actuación muy singular, como estarán comprobando. Así que efectivamente concerté la visita con el corredor de la propiedad que tenía las llaves (hoy más conocido como agente inmobiliario) para visitar la nave industrial donde se estudiaba la viabilidad de un auténtico Proyecto de Gestión Social del Hábitat, y como prueba la presencia de un joven arquitecto colaborador, una representante vecinal del Barrio y sobre todo la presencia de nuestro insigne dramaturgo, actor, director, emprendedor, promotor, renovador, artista don Salvador Távora Triano (Sevilla, 3 de abril de 1930 - Sevilla, 8 de febrero de 2019). 







No he vuelto a saber del proyecto, pero como tengo todos los contactos, a lo mejor hay una segunda parte de esta historia, con información actualizada e incluso algún enlace web. De momento se van tener que conformar con las pruebas gráficas del espacio y alguna instantánea de  la representación de aquella sesión vespertina, totalmente real, de la que me siento partícipe, y con el paso del tiempo, afortunado. Conocí anteriormente a mi admirado Salvador Távora en FIBES cuando asistí con unos amigos a su gran obra Carmen, de esto hace más de quince años, con la magistral interpretación de Lalo Tejada. Me sentí muy orgulloso de poder ayudar, y de  volver a hablar con él y conocerlo de forma más cercana ese día de San Antonio de Padua (pero que nació en Lisboa), el día 13 de Junio de 2012, en esta particular, singular, y para mí, inolvidable cita y encuentro en la Nave Central Térmica de HYTASA, Cerro del Águila, en Sevilla.






Esta foto queda para mi recuerdo,
y en memoria de Salvador Távor
a.


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