"Ética, sobre la moral y las obligaciones;
estética, de la belleza y el arte;
y otras cosas..."


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miércoles, 26 de octubre de 2022

OFRECIMIENTO MOSTACHÓN DE ORO 2021


Antes de que finalice el mes octubre, como en el año pasado, me gustaría recordar el acto celebrado en Utrera el día 5 de septiembre, donde por segundo año consecutivo (me parece que es algo inédito hasta el momento) repetía en el ofrecimiento al Mostachón de Oro. Se volvía a recuperar la sede habitual de los galardones en la Casa Palacio de los Marqueses de Tous, la Casa de la Cultura de Utrera. Se cierra un ciclo, o se abre una nueva etapa más bien. Y por mi parte muy contento de haber podido participar de estos actos tan solemnes y haber podido aportar humildemente lo mejor que he podido, pensando en los grandes méritos de mis amigos José María Martín Corrochano el año pasado y mi de querida Silvia Calzón el presente año 2022. ¡Grandes los dos! Los cuatro más bien, tanto el Doctor José Manuel Aranda Lara y el Historiador Pedro Sánchez Núñez.


SILVIA CALZÓN FERNÁNDEZ

MOSTACHÓN DE ORO 2021




Autoridades, compañeros y compañeras de la Orden, personas asistentes a este acto solemne, amigos todos, MUY buenas noches. Tengo el inmenso honor, orgullo y placer de presentar el Mostachón de Oro a los últimos años, concedido a una mujer, médica y política de vocación, doña Silvia Calzón Fernández.

I.- INSTITUCIONAL.

En cuanto a su formación académica es Licenciada en Medicina y Cirugía, y Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, obteniendo el grado de Doctora en “Ciencias Económicas” por la Universidad de Granada con su Tesis “Crisis económica, desempleo y salud”, dirigida por el Catedrático de Economía Aplicada José Martín.

Experta Universitaria en “Género y Salud” también es Máster en “Salud Pública y Gestión Sanitaria” por la Universidad de Granada, y Máster en “Economía de la Salud y el Medicamento” por la Universidad Pempeu Fabra de Barcelona.

Profesionalmente es Epidemióloga de Atención Primaria del Servicio Andaluz de Salud en el Distrito Sanitario de Sevilla desde 2013, y anteriormente estuvo en el Distrito Sanitario de Málaga-Guadalhorce.

Como docente, de la Escuela Andaluza de Salud, la Universidad de Sevilla y la Universidad de Granada, imparte clases en tres másteres, dos propios y uno de carácter europeo, relacionados todos con temáticas de su completísima especialización.  Posee además una amplia experiencia como Investigadora Colaboradora en Proyectos de Investigación, Desarrollo e Innovación, con decenas de publicaciones en revistas especializadas.

Como política comenzó su andadura desde las bases, como Concejal del Ayuntamiento de Utrera desde 1999 a 2015 de la mano de nuestro querido Pepe Dorado, siendo posteriormente Diputada en el Parlamento Andaluz en la VII Legislatura (2004-2008), y ocupando a continuación el cargo de Directora General de Justicia Juvenil en la Consejería de Justicia y Administración Pública de la Junta de Andalucía entre 2008 y 2009.

Como responsable de gestión sanitaria ha sido Directora Gerente del Área Sur de Córdoba en 2015 y del Área Sur de Sevilla en 2017. Y sobre todo ha destacado en los últimos años por su actual responsabilidad, siendo la titular de la SECRETARÍA DE ESTADO DE SANIDAD DEL GOBIERNO DE ESPAÑA y que ejerce desde agosto 2020:

▪ Se trata de un cargo político creado en plena pandemia ex profeso, del que dependen cuatro Direcciones Generales, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, o el Instituto de Salud Carlos III, con tareas tan importantes como la Salud Pública, la Coordinación Interterritorial, la Política Farmacéutica, la de Trasplantes o el Plan Nacional de Drogas.

 Ha sido impulsora de la figura de Declaración de Actuaciones Coordinadas (D.A.C.) para una mejor coordinación del Estado con las Comunidades Autónomas.

▪ Ha destacado por haber sido la responsable de la Coordinación del Grupo Integral de Vacunación, poniendo en marcha y desplegando la Campaña de Vacunación frente al COVID-19, todo un éxito reconocido a nivel internacional.

▪ Como europeísta convencida que es, acude de forma habitual al Consejo Europeo de Sanidad en Luxemburgo, al que asiste en calidad del rango que ocupa, es decir, Vice-Ministra.

▪ Mencionar también su trabajo y aportación en el Plan de Acción de Salud Mental con la puesta en marcha del Teléfono 024 contra el suicido, que tan buena labor está realizando a la vista de sus resultados.

▪ Está trabajando en la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública, actualmente en tramitación, lo que dará forma al futuro Centro Estatal de Salud Pública, con el objetivo último de “dar una respuesta a la altura de la experiencia vivida durante la pandemia y de los retos que afrontaremos desde el punto de vista de la Salud Pública”, es decir, “Lo que tenga que venir en el futuro que nos coja preparados la próxima vez”.

II.- DE UTRERA.

Dos curiosidades.

      Decir que como Concejal Delegada de Juventud y Festejos durante cuatro años participó en la Orden del Mostachón, siendo la primera vez en la historia que se concede el Mostachón a una persona que haya pertenecido a la propia Orden. Ahí queda como curiosidad que me apunta el Sr. Presidente.

2.   De las 56 ediciones del Mostachón de Oro de Nuestra Orden, 7 veces se ha concedidos a mujeres, 8 en realidad porque tenemos que contar por DOS a las hermanas leyendas del flamenco Fernanda y Bernarda. Pues bien, Silvia es la nº 9, la primera mujer política y además la más joven en recibirlo a sus 47 años.

Muy orgullosa de la educación pública que ha recibido, estudió en el Colegio Álvarez Quintero y en el Instituto de Ruiz Gijón, coincidiendo en ambos centros con su gran amigo José María Villalobos, nuestro actual alcalde, entre otras personas queridas.  

De la utreranísima calle Castilla.  Muy cerca de la Calle Asturias donde tenía y tiene muchos amigos. Porque sigue viviendo en su barriada, y cuando tiene dos días de descanso o vacaciones, aquí que se viene, haciendo de la Plaza de Los Ángeles su nave nodriza y orientación geográfica para nunca perder el norte de donde la lleve el destino.

Porque de Utrera, esta bendita tierra entre la Campiña y la Marismas de la Bética Romana, es nuestra homenajeada, que además es bética de sentimiento, el que lleva a gala por donde quiera que esté, mal que nos pese a sus muchos amigos sevillistas. Porque también de Utrera es su pareja, su compañero de vida, y porque en Utrera, en su pueblo, estará siempre su querido tío Manolo, el hermano gemelo de su padre, su otro padre. Desde dónde está te protege y te acompaña siempre, querida Silvia, y seguro que estará muy feliz y más que orgulloso de su niña.

Y porque en Utrera sigue, de donde nunca se ha ido, donde se ha criado con sus queridos hermanos Susana y Antonio Jesús junto a los padres más orgullos esta noche en la Casa de la Cultura, don Jesús y doña Ana. Y también, porque en la tierra de los mostachones vive su mascota Ringo Manuel, que así se llama, un can muy especial y afortunado que adoptó cuando se lo encontró en la puerta del Hospital de Cabra (Córdoba), al que adora, y aunque sea egabrense, él está convencido de que es utrerano de nacimiento.  Así es ella.

III.- CONCLUSIONES.

Hay que resaltar de nuestra homenajeada su altísima cualificación y competencia como profesional de la Medicina y que ha compatibilizado con sus responsabilidades políticas y con la gestión sanitaria hasta llegar a la responsabilidad nacional de la Secretaría de Estado, sin olvidar que antes estuvo en primera línea como epidemióloga en los momentos más duros y peligrosos de la lucha contra el COVID-19.

Ella es una de la “HEROÍNAS”, una de las sanitarias que inspiró el artículo del mismo nombre de Manuel Ollero, el Jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Virgen del Rocío. Lo sé de buena tinta. Como también se puede adelantar que tendrá un papel relevante en el libro que se presentará el próximo día 7 de septiembre Salvador Illa, anterior Ministro de Sanidad, titulado “El año de la pandemia” (Del Estado de Alarma al inicio de la vacunación).

De ella, el propio Salvador Illa, tras ser preguntado por qué escogió a Silvia Calzón como Secretaria de Estado y cómo valora su gestión, simplemente dijo al periodista, y cito de forma textual:

“Porque es la mejor. Y no se piense usted que no busqué. Gran profesional. Es una de las personas a las que se tiene que agradecer el éxito del programa de vacunación en España. Porque ella era Secretaria de Estado cuando lo empezamos a diseñar en agosto, cuando se incorporó, y lo dirigió ella. Yo me limité a acompañarla y apoyar sus decisiones. Estoy muy orgullo de haber trabajado con ella. Tienen ustedes aquí un tesoro”, en Utrera, claro está.  Ni qué decir tiene que igualmente es muy valorada por compañeros del Ministerio como Fernando Simón o la propia Ministra Carolina Darias.

Modestamente, desde mi subjetividad más absoluta por la admiración que le profeso y por su amistad de la que presumo, me atrevo a decir que para encontrar a una figura utrerana de su relevancia a nivel nacional tenemos que remontarnos al siglo XIX y estudiar al insigne político utrerano Manuel Sánchez Silva.

Vamos finalizando. A la vista del Cursus Honorum que he intentado describir, una palabra la define: la EXCELENCIA. Como decía Howard Gardner, el psicólogo y profesor de Harvad Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011, “Una mala persona nunca llega a ser un buen profesional. En realidad, las malas personas no puedan ser profesionales excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes. Los mejores profesionales son siempre excelentes, comprometidos y éticos”.

Que es excelente lo sabemos sus muchos amigos (algunos me han echado una mano con estas palabras), porque es una gran profesional y porque es aún mejor persona, Mujer, Trabajadora y de Utrera:  DOÑA SILVIA CALZÓN FERNÁNDEZ.




sábado, 2 de octubre de 2021

OFRECIMIENTO MOSTACHÓN DE ORO 2020




Ya ha pasado casi un mes desde el del 6 de septiembre del presente año 2021, y no quiero dejar pasar la ocasión de dejar constancia de esa noche en el Castillo de Utrera, donde tuve la suerte de participar en el acto solemne de entrega de los Mostachones de Oro de 2020, que otorga la Orden del Mostachón de Utrera, a la que pertenezco por tiempo limitado de cuatro años. Ya solo me queda una última elección antes de la renovación y entrada de nuevos miembros. Así que me esforcé por hacer la mejor presentación posible, y el resultado en lo personal no ha podido ser más satisfactorio.




JOSÉ MARÍA MARTÍN CORROCHANO

MOSTACHÓN DE ORO 2020


Autoridades, compañeros y compañeras de la Orden, personas asistentes a este acto solemne, amigos todos, muy buenas noches. Tengo el inmenso honor de presentar al Mostachón de Oro a los últimos años, concedido a un militar, al Comandante de la Unidad Militar de Emergencias, la U.M.E., don José María Martín Corrochano, el Comandante Corrochano.

I.- INSTITUCIONAL.

Su carrera militar es impecable. En 1983 ingresó en la Academia General Básica de Suboficiales de Lérida, donde obtiene la graduación de sargento en su décima promoción y que ejerce en la Primera Bandera Paracaidista Roger de Flor. En 1999 siendo sargento primero ingresa en la Academia de Oficiales de Zaragoza, y se gradúa como alférez y teniente, ascendiendo a capitán y posteriormente a comandante, que es en la actualidad. Experto especialista en eventos NBQ, nuclear, bacteriológico y químico, y con una amplísima formación, ha impartido numerosas conferencias en España y en el extranjero sobre riesgos tecnológicos y medioambientales.

En 2006, hace ya 15 años, fue soldado fundador de la U.M.E., siendo hoy el más antiguo o el de más experiencia. Reseñar que ha sido testigo directo de la transformación y evolución de este proyecto, hoy una realidad consolidada, y una de las Instituciones más valoradas por la sociedad civil, por todas las Comunidades Autónomas y de cualquier color político; bueno, de la U.M.E. en particular, y del Ejército en general, pues "todos son soldados de España del Siglo XXI".

Tanto como suboficial como oficial, ha participado en las más destacadas misiones internacionales, como las que desarrolló en Irak, en los dos conflictos bélicos en 1991 y 2003, y también en la antigua Yugoslavia, donde fue herido por una granada. Gracias a Dios y la Virgen de Consolación, llevaba puesto su chaleco protector, y aunque la metralla le hirió su escápula izquierda, su gran corazón, quedó indemne. Su boina, y la de su compañero Dorante, colgaron durante muchos años en la sala de exvotos de Nuestra Señora, una vez terminaron su misión, sanos y salvos.

Merecedor de numerosas condecoraciones civiles y militares, placas, encomiendas y cruces (como la de San Hermenegildo), y medallas (como las internacionales de la ONU y la OTAN o la del Sufrimiento por la Patria), es importante destacar una de las más recientes, la que recibió de manos del Ministro del Interior, la Medalla de Mérito de Protección Civil en febrero del presente año, como responsable de la Operación BALMIS en la gestión de las tres morgues provisionales de la Comunidad de Madrid, por los valores, integridad, profesionalidad, humanidad y dignidad en el trato a todos los caídos por la pandemia.

El Comandante Corrochano, es nuestro héroe utrerano, un utrerano ejemplar, digno de nuestra admiración y reconocimiento, representante de tantos héroes anónimos que en Utrera tenemos la suerte de poner cara, nombre y apellidos. A todos ellos, héroes y heroínas en la Batalla contra el COVID-19, les queremos dar las gracias, y por supuesto también al Dr. José Manuel Aranda Lara así como a todo el personal sanitario.

II.- DE UTRERA.

De nuestro homenajeado tuve noticias en el Curso 83/84. No le conocí personalmente, pero sí a Teresa Rodríguez, mi compañera de bachillerato en nuestro querido Colegio de los Salesianos de Utrera, enamorada de un soldado paracaidista de nombre Jose Mari. Su esposa muy poco tiempo después, es la madre de sus tres hijos, José María, Alejandro y Sergio, y para su marido es la verdadera heroína de su vida. Se fueron para tres años a Alcalá de Henares, y han pasado más de 30 años, de feliz matrimonio. Estoy seguro que Tere es la persona más feliz en estos momentos. Enhorabuena a los dos, a toda la familia.

Decía que nuestro Mostachón de Oro es un militar, de vocación y de estirpe, materna y paterna, y también una persona muy especial:

▪ Porque aunque alcalaíno de Henares de adopción no se puede ser más de Utrera. Utrerano de la Vereda y de la calle Ancha, es un enamorado de su Semana Santa, del Martes Santo rabanito con su Cristo del Amor y la Virgen de las Veredas, costalero del Jesús atado a la Columna y de la Trinidad.

▪ Porque transmite utreranidad a raudales donde quiera que esté, como utreranos son sus tres hijos, a los que ha transmitido “inter vivos” el amor por su Tierra. Deseando que llegue cada mes la revista Vía Marciala, tiene la cita del 15 de agosto en Santa María como una de las tradiciones familiares más esperadas.

▪ Y porque además todo ello es Hermano Mayor, sí, de La Muy Utrerana Hermandad de Sergio, Tati y Lalín, sus hermanos, a los que adora, honor que tiene y devoción que comparten todos por sus Titulares, Dª Matilde Corrochano (enhorabuena a la madre más orgullosa en el Castillo de Utrera) y D. José María Martín. Su padre seguro que estará disfrutando esta noche acompañado por su Tertulia de Ilustres Utreranos, aquella en la que el “niño-viejo” Jose Mari se colaba, de la que tanto disfrutó y tanto aprendió.

Pero volvamos a la Operación BALMIS, donde nuestro paisano estuvo al frente de un EQUIPO de 150 personas, de la UME y el Ejército de Tierra, prestando ayuda en el traslado y custodia de las personas fallecidas, en coordinación con Bomberos de la CC.AA. de Madrid, Funcionarios de la Consejería Competente y de la Unidad de Sanidad Mortuoria.

Durante 73 días no vivió para otra misión que no fuera el Palacio de Hielo de Madrid, el Depósito de la Ciudad de la Justicia de Valdebebas y la Pista de Hielo de Majadahonda. Más de 1.800 personas fallecidas, donde personas como él se encargaron de que no estuvieran solas, de que una oración las despidieran, las acompañaran, a ellas y a sus familias, a las que sustituían con honor, el honor que merecían como caídos en una batalla. Y un detalle y que no es menor: de esta misión no se ha conocido ninguna fotografía de ataúdes masivas, ninguna imagen escabrosa ni morbosa. Nadie lo hizo ni nadie lo permitió. Por dignidad y por respeto.

De esta experiencia de vida, de su diario de agradecimientos en las redes sociales, adelanto habrá dentro de mi poco tiempo un libro, titulado MEMORIAS DE UN SOLDADO EN EL PALACIO HIELO, con prólogo de la Ministra de Defensa, Margarita Robles, y que he tenido el privilegio de leer.

III. CONCLUSIONES.

Nuestro Mostachón de Oro es en definitiva una buena persona, que afirma que “la pandemia a él lo ha hecho mejor persona, le ha sacado lo mejor de sí mismo, y cree que también en general a toda la sociedad”. De su experiencia vital y de sus reflexiones, que narra en su diario, me gustaría compartir un par de detalles más, con permiso de su autor:

▪ Como los agradecimientos que recibe, vía correos electrónicos, llamadas telefónicas, incluso visitas, todas de personas desconocidas, para darle las gracias. Una pidió verle en persona y con un sincero y emotivo abrazo, quiso reconocer y agradecer el trato recibido por su padre fallecido, del que se estaba despidiendo de alguna forma con ese abrazo, por el vínculo que se había creado.

▪ O como el trato que recibieron dos ancianos, marido y mujer, fallecidos el mismo día, y que fueron trasladados juntos en el mismo vehículo, y juntitos, el uno al otro, estuvieron en Palacio de Hielo, sin el metro de distancia reglamentario, lo que valoró, y mucho, de las personas que tuvo la suerte de coordinar. Ni que decir tiene que nuestro homenajeado es un magnífico gestor de personas, que conoce y que llama a todos sus compañeros subordinados por su nombre.

Como persona es una persona positiva, optimista y sobre todo muy agradecida, de la vida, de tener la familia y los amigos que tiene, los que están presentes y los que están en su recuerdo. Y como militar es un hombre de acción, de acción y con sensibilidad, en él totalmente compatible. (1)

José María podría ser el protagonista de la mágica historia que contaba el ilusionista argentino René Lavand (2). El soldado Corrochano representa el espíritu de quien cumple “el juramento sagrado de no abandonar a un hombre en el campo de batalla y de no dejarlo nunca solo”. Dice así:

Había terminado la guerra. La patrulla en retirada.

Un soldado pide permiso a su capitán para volver al campo de batalla en busca de un amigo.

Se le niega el permiso: “Es inútil que vayas: está muerto”.

El soldado desobedece la orden y va a por su amigo.

Regresa con él en brazos. Muerto.

“Te lo dije, era inútil que fueras”.

“No mi capitán. No fue inútil.

Cuando llegué, aún estaba con vida y solamente dijo:

Sabía que ibas a venir"



1. José Martínez Ruiz, Azorín (1873-1967). "Los hombres de acción, si tuvieran sensibilidad, no serían hombres de acción. No podrían hacer nada. La sensibilidad es el disolvente de la acción".

2. Héctor René Lavandera, René Lavand (1928-2015). RENÉ LAVAND, ARTESANO DE ILUSIONES Y CONTRABANDISTA DE FRASES


He dicho, Diego
He dicho, digo...



jueves, 30 de agosto de 2018

MIS AMIGOS DEL BALONCESTO













Dedicado al Club Baloncesto Utrera,
a las personas que han hecho que cumpla 50 años. 
¡Feliz cumpleaños!


Llegando el final de verano, fiel a mi compromiso de escribir en clave utrerana en la Revista Vía Marciala, aquí traigo un post de los que más me gustan, donde se dan ingredientes interesantes, donde el deporte va de la mano de la cultura y la educación, y lógicamente ligados a valores y principios.


MIS AMIGOS DEL BALONCESTO


Como viene siendo una pequeña tradición, el mes agosto es para mí una muy buena fecha para escribir lo que Ustedes leerán ya en septiembre, y lo hago en esta especial ocasión con la gran motivación de compartir lo que siento, a modo de singular homenaje, dedicado a mis amigos del baloncesto, como habrán adivinado, al Club Baloncesto Utrera. Además, todo ello, coincidiendo con el número especial de Feria de Consolación 2018, cuando el CBU cumple su cincuenta aniversario y cuando va a recibir el Mostachón de Oro a la Trayectoria, donde la Orden del Mostachón reconoce y premia la extraordinaria labor llevada a cabo en nuestra ciudad durante medio siglo, promoviendo los valores deportivos entre cientos de jóvenes llevando el nombre de Utrera por todas partes, insigne galardón anunciado en el mes de febrero.








Hasta aquí todo muy formal e institucional. Y más, si pensamos en los actos del intenso mes de junio, con Cena de Convivencia, Exposición Fotográfica con motivo de la especial efemérides, con reconocimientos tanto por parte de la Federación Andaluza de Baloncesto, que concedió al club utrerano el Premio Giraldillo en la Gala celebrada en nuestra ciudad, como por parte de la Delegación Sevillana en la Gala de Clausura del Baloncesto en Coria del Río, y todo ello sin olvidar los actos y eventos que aún están por venir. Nada es casualidad, y todos los premios y reconocimientos son más que merecidos. Pero, hay algo más, o mucho más, diría yo. Vamos pues a la parte más informal, o emocional, que también puede decirse. 

Pues verán, mis primeros contactos con el deporte de la canasta empezaron cuando llegué allá por 1983 a Utrera para estudiar el bachillerato. Yo jugaba al fútbol, único deporte que se podía practicar en mi entorno pedáneo (pedanía viene del latín pes, pedis, traducido como pie, y claro, por eso un servidor en tal entorno de a pie sólo tenía ocasión de practicar balón-pie, foot-ball o fútbol vulgaris, y que conste estoy sonriendo mientras escribo esto), hasta el punto de ser uno de los juveniles que fundara la Unión Deportiva Trajano allá por 1986, club que militó y que se mantuvo más de dos décadas en competición provincial. Aunque yo, en honor de la verdad, sobre todo, corría mucho, y empezaba a hacer carreras como diría otro, porque en aquellos tiempos a correr, ahora llamado running, se conocía antes como jogging, y también footing (pies para qué os quiero). En fin, cosas que pasan, como irse por los Cerros de Úbeda. Vuelvo, pues. 

Como decía, por aquellos años de los 80, algunos de mis amigos de los salesianos jugaban a baloncesto, y eran muy buenos, hasta el punto de ser componentes de aquel equipo que logró ascender en 1990 a Segunda División Nacional Senior. Alguna vez me ponía a jugar con ellos, pero con lo altos que eran y lo bien que jugaban, yo no daba una a derechas, vamos, que “no tocaba bola”, por no decir que “era muy malo”, que también puede ser, así que seguí con mi fútbol y mis carreras. Eso sí, cuando ellos jugaban en Utrera y siempre que podía, venía a verlos y con ellos me iba después de los partidos al Currito (bar, o mejor dicho mítica taberna) para disfrutar del llamado tercer tiempo, expresión prestada del rugby, y donde conocí a muchos más jugadores, hoy también amigos, padres de los amigos de mis hijos, porque yo, siempre he tenido amigos de altura, en el sentido amplio de la expresión y no sólo en centímetros verticales. Quizás por eso me siguen invitando cada Navidad al partido de las Ex-Estrellas del CBU, lo que serían viejas glorias en el fútbol, a mí, que nunca jugué federado ni competición ninguna botando el balón, que no sabe lo que es cortar, ni por fuera, ni por dentro, ni marcar en zona ni en individual, pero eso sí, que sigue corriendo, y que sobre todo, no debe ser muy mala compañía, sobre todo en las cervecitas del Currito. De esto último no tengo ninguna duda, porque todo el mundo sabe que hacer deporte sin hidratarse después es muy peligroso. Vamos, que hago maratones para después disfrutar de una cervecita bien fría, y de mis amigos. 

Desde entonces, y no sólo yo, también en pareja y luego en familia, hemos seguido vinculados al mundo del baloncesto en Utrera. Tanto es así que me parece que no hemos faltado a ninguna de las 12 Horas que organiza el homenajeado club, y van para 12 ediciones desde la primera vez que echamos una mano en el propio Colegio Nuestra Señora del Carmen, siempre en la barra del bar, casi siempre en la parte izquierda, donde más lejos se está de la cocina y donde más se anda, o se corre, también. Ese día completo, y algunas veces de noche, han sido jornadas de mucho trabajo físico, pero de gran satisfacción personal, disfrutando de un ambiente espectacular, niños, niñas, jóvenes, adultos, familias enteras, que vienen un día a Utrera a disfrutar de jugar por jugar al basket, para convivir, haciendo amigos, contribuyendo con causas solidarias, siempre con una sonrisa, con expresiones de amabilidad, educadamente, y donde la gente del CBU son los mejores anfitriones. Lo pienso y lo digo, que yo en esos días hasta pagaría incluso por hacer lo que hago. Me trae cuenta en motivación, y como entrenamiento para mis carreras no tiene precio. 

Y qué decir de los entrenadores, delegados, directivos, colaboradores, patrocinadores, jugadores, en masculino y en femenino, pues hay que reconocer que las últimas alegrías deportivas están llegando de la mano de las chicas, todo sea dicho, en una organización no sólo sin ánimo de lucro alguno, sino que todos y cada uno de los que en ella participan en sus distintos niveles y cometidos lo hacen de forma altruista y sin remuneración alguna, todo por amor al arte, por amor al deporte que les apasiona, que nos apasiona. Quizás sea ésta una de las claves de su cincuentenario, de su buena salud, aunque no exenta de dificultades, lógicamente. Porque además, en este club se sigue la máxima de felicitar y elogiar en público, pero también de corregir y asumir errores en privado, como autocrítica constructiva, se reconocen cuando hay problemas, que los ha habido, y se mejora, incluso se intenta y hasta se consigue ser proactivos, adelantándose a las circunstancias adversas, transmitiendo conocimientos y experiencias, multiplicado todo por grandes dosis de actitud e ilusión. Ellos no lo saben, pero esto que digo está más que demostrado, en las clausuras de cada temporada, en la planificación de la siguiente, en las horas que se pasa en el Pabellón Pepe Álvarez durante toda una temporada, en los entrenamientos, en las horas de viajes, en las victorias, en las derrotas, en los equipos de base y en el equipo de liga EBA, en los partidos familiares de Navidad, donde juegan padres y madres con sus particulares, intransferibles y genuinas estrellas del BA-LON-CES-TO. 

Un detalle: cuando en un partido se oyen gritos, silbidos y desaires, desde el CBU se intenta, con educación, evidenciar dicho comportamiento y actitudes “futboleras”. No es mala forma la de hablar, y reflexionar, respecto de que nuestros chicos y chicas lo más probable es que no lleguen a ser profesionales de este deporte, como otros muchos que practican otros deportes minoritarios, por ejemplo el propio rugby o el balonmano, o el atletismo también, donde lo más importante es que crezcan como personas en un ambiente deportivo, compatible por supuesto con el estudio y el trabajo, donde se transmiten valores y principios, donde se persigue y muchas veces se consigue, una auténtica red social, no virtual, sino real como la vida misma. Y algunas señas de identidad: excelencia, liderazgo, integridad, trabajo en equipo, espíritu emprendedor, y además, con respeto, aplaudiendo el buen juego, rivalidad sólo en la pista, con lenguaje correcto, y transversalmente divirtiéndose, porque el baloncesto es diversión. 

La suerte para mí es que sin entender mucho este deporte, donde todo puede cambiar en el último cuarto del partido a pesar de que exista una diferencia abultada en el marcador (en fútbol remontar un 4 a 0 es poco menos que imposible), donde la velocidad y espectacularidad van de la mano, es que mi familia, mi mujer, y mis hijos, uno sin jugar nunca como yo, y el otro jugando desde hace cinco temporadas, tienen entre sus mejores amigos y amigas a personas vinculadas a este deporte de altura, y porque además muchas de ellas no son sólo amigos, sino familia, la familia que tenemos la fortuna de encontrarnos en la vida y que elegimos por decisión propia, la gran familia del baloncesto utrerano. 

¡Buena Feria de Consolación 2018, y buen inicio del nuevo Curso o Temporada 2018/19!