"Ética, sobre la moral y las obligaciones;
estética, de la belleza y el arte;
y otras cosas..."


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jueves, 4 de abril de 2019

EL MISTERIO DE LAS LLAVES GEMELAS





Martes, 8:50 h. Daniel sale de su casa, maletín en la mano derecha, bolso en bandolera al hombro, también derecho, y llaves de su casa y su despacho en mano izquierda en un mismo llavero.  Debe pasar por su oficina para recoger la documentación que necesitará a la 10 h. en la capital, donde tendrá una importante reunión de trabajo. Con llavero y llaves en la mano, coincide  en el portal con su vecina Cecilia, joven madre de tres niños, que apresurada y acompañada por su chavalería, desde la calle no encuentra las llaves para abrir el portal. Se ve que tienen prisas. Deben entrar y volver a salir para que a  las 9 h. estén todos en el colegio. Daniel toca el pulsador y abre la pesada cancela para que puedan entrar sus jóvenes vecinos, previa sonrisa y buenos días. Cuando se cruzan, en ese momento se le caen a él sus llaves al suelo, y rápidamente Cecilia devuelve el favor recogiéndolas del suelo y devolviéndoselas a Daniel. A no más de cinco metros Daniel observa que en su mano, además de sus llaves, aparecen como por arte de magia otras dos, que no son suyas,  iguales, con un número, el 407 colgado en una anilla. 

Daniel: ¡Cecilia! ¿Estas llaves son tuyas? Me las habrás dado sin querer.
Cecilia:  No, mías no son. 

Daniel, sin dar más importancia, un poco sorprendido se queda un momento allí, en el portal, mirando las llaves, viendo cómo sus vecinos se van alejando. ¿Y ahora? ¿De quién serán estas llaves? ¿De qué serán? ¿Qué abrirán? Todo un misterio. Eso es lo que piensa Daniel con un sonrisa de medio lado. Desde ese día  las misteriosas llaves gemelas están  junto al calendario de sobremesa del despacho de Daniel, como testigos cualificados del paso del tiempo, nada más. De momento...


Continuará...?



viernes, 4 de abril de 2014

MICROLITERATURA (I) DESCRIPCIONES


Novela, novela corta, cuento, relato, microrrelato e incluso nanorrelato. La crisis parece que también ha llegado a la literatura, o más bien la literatura ha sido alcanzada por la crisis, o puede que se trate de optimizar los recursos (entiéndase literarios), o puede que sea la influencia de las redes sociales, de facebook, twitter o tuenti, donde todo es más corto, más intenso y más efímero también.

Influenciado por esta corriente o tendencia, se acompañan dos breves descripciones con sus dos fotografías, para hacer más gráfica aún ambas descripciones, donde una imagen sigue valiendo más que mil palabras, aunque aquí las palabras son unas cuantas menos.


El guardián de las alturas











¡Ahí lo tenemos! Desafiante, seguro de sí mismo, de que no se caerá de su balcón por mucho que ladre, midiendo los milímetros que sus pequeñas garras invaden del espacio que lo separa casi tres metros del suelo de la calle por donde pasan niños camino del colegio, también madres y padres acompañantes; lidera majestuoso el trío perruno en el que manda él, con la mirada firme ante mí, uno des esos que se atreven a pasar delante suya, y que encima es tan osado de ponérsele delante y mirarle a los ojos e incluso capaz de hacerle una foto, la  foto que lo inmortalizará sin su canina autorización como reconocimiento de la autoridad que ejerce sobre el espacio que domina. Parece que hasta posa el muy perro.


Plantación de grúas












Singular imagen, conjunto de distintos tamaños, formas y colores de esta maquinaria pesada, símbolo en otra época de la llamada burbuja inmobiliaria. Aunque hasta hace poco tiempo era frecuente su avistamiento, sobre todo aisladas o separadas y a no mucha distancia entre ellas, en determinadas zonas industriales se pueden encontrar plantaciones gruísticas similares o parecidas, apreciándose más y mejor a finales del mes enero, cuando parecen brotar al frío del penúltimo repecho de su conocida cuesta. El número de sus ejemplares suman hasta alcanzar la docena, como las unidades que podrían componer un buen ramo de rosas o de margaritas, con una ligera diferencia: estas grúas son propias de un mercado de alquiler; las rosas y las margaritas, normalmente, se regalan.


martes, 17 de septiembre de 2013

PERDER UN TREN


Lo ves salir, lentamente, desde la misma entrada de la estación, casi al mismo tiempo que se oye un sonido como de comunicar un teléfono pero más intermitente y corto, que te avisa, o te informa más bien, que se van cerrando las puertas correderas, y que el tren se va. Y tú, tú aún detrás del torno de entrada, y sabes que irremediablemente el tren se irá, sin ti. 

¿Un minuto ha faltado? ¿treinta segundos quizás? ¿o puede que menos? 

¡Si no se me hubiera olvidado el almuerzo encima de la mesa del salón cuando ya en la calle tuve que volver! ¡Si no se me hubiera extraviado mi pequeño monedero donde guardo mi bono mensual y que tenía en otro compartimento de mi mochila! ¡Si no me hubiera quedado un poco más de tiempo en la cama cuando sonó el despertador! En fin...

Cuando se pierde un tren siempre hay más de una causa, aunque te acuerdes más de la más inmediata. En quince minutos sale otro. Menos mal que se trataba de un tren de cercanías...  










martes, 1 de mayo de 2012

REFLEXIÓN DEL PRIMERO DE MAYO


Microliteratura
económica y social


Novela, novela corta, cuento, relato, microrrelato e incluso nanorrelato. La crisis está llegando a la literatura, o más bien la literatura ha sido alcanzada por la crisis, creo, no sé, muy seguro no estoy. Puede que se trate de optimizar los recursos (entiéndanse literarios), o que sea la influencia actual de las redes sociales, de facebook, tuenti o twitter, donde todo es más corto, más intenso y más efímero también. En fin, la verdad es que estoy hecho un mar de dudas, o mareado, que es peor, como los gobiernos con los mercados, estos genéricos desconocidos que nos tienen a todos confundidos y desorientados, y aquéllos, pues aquéllos dando tumbos y palos (de los de ciego también), tanto que me quedo sin palabras y hasta sin letras, con esos recortes, cortes, es, s ¡shhh! (pero con hache muda, váyase o no sea que alguno se quede sordo).