En el mes de octubre de 2017, visitando la Catedral de Oviedo y alejándome un poco de mi grupo, me dispongo a adquirir las credenciales para algún día iniciar el Camino Primitivo desde Asturias (cosas mías), cuando veo llegar a un peregrino, con su inconfundible mochila y su bastón. Al verlo pensé que sería un peregrino que estaría haciendo el Camino de Santiago y querría sellar su credencial, pero entablando conversación con él me saca de mi error, ya que este peregrino acababa de finalizar su camino, el Camino del Salvador, y quiere recoger la Salvadorana, el equivalente a la Compostela. Me informa que ha completado los 126 kilómetros que van desde León a Oviedo, y que está muy contento, pues a pesar de la dureza, es un recorrido muy bonito, tranquilo, distinto.
Uno, que es curioso por naturaleza, inoculado ya de forma peregrina, y delante de El Salvador, titular de la Catedral de Oviedo, una talla de piedra del S-XIV, de tamaño superior al natural y policromada, se propone que hará pronto, cuando se pueda, este Camino, incluso antes que El Primitivo, porque además conoció allí la referencia de una canción medieval francesa que dice así, poco más o menos, que “Quien va a Santiago y no va al Salvador visita al criado y olvida al señor” o “Quien va a Santiago y no visita al Salvador, honra al criado y se olvida del Señor”. Pensado, dicho y hecho. Hoy hace justo un año que terminamos este Camino de Peregrinación, y no solo yo, sino un buen grupo. Ha pasado ya un año desde agosto de 2019, y vaya año, el que está pasando. Parece que hace mucho más tiempo.
Antes realicé consultas varias, porque aunque sea curioso peregrino, no soy nada temerario. Aprovechando la visita en abril de 2018 de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León “Pulchra Leonina”, les pregunté al respecto, de cómo conseguir la credencial para la Salvadorana, de cómo estaban de albergues, si los había, si era seguro el camino, entre otras cuestiones. La verdad es que tanto Anselmo Reguera, y sobre todo Maribel Borrego, nos facilitaron mucho, nos dieron seguridad, pura hospitalidad y amistad. También encontré referencias y guías en internet de José Antonio Curraño Expósito, con el que casi nos cruzamos, no nos conocimos por muy poco. Hoy día ya existe alguna guía publicada, como la de José Antonio Vega Álvarez, de este año 2020, “El Camino del Salvador. Un camino industrial y minero”.
Con nuestra amiga Maribel de León, la noche antes de comenzar a andar. |
De reciente publicación. |
El recorrido, personalizado por nuestro amigo Jorge de Valencia |
Quizás lo más duro fueron las altas temperaturas, o por lo menos, yo no esperaba quemarme mi única zona corporal descubierta, las piernas, pero no de cualquier forma o zona, sino sin darme cuenta y la parte trasera, porque al ir andando hacia el norte cruzando la Cordillera Cantábrica (incluyendo el Puerto de Pajares), el sol nos iba tostando de forma traicionera y por la espalda. Cuando puse remedio con pantalón largo, ya era demasiado tarde, y acabé despellejando unos días después parcialmente las piernas, por detrás solamente. Cosas que pasan. Hay que pensar que este Camino si se hace en invierno sería imposible de realizar con la nieve. Hemos visto fotos e impresiona. Primavera y Otoño, son las mejores estaciones para disfrutar con mayor plenitud. Así lo recomendamos. Miren qué fotos.
La señalización del Camino es muy buena en la provincia de León, con postes de madera y monolitos de hormigón de continuo personalizado del propio Camino del Salvador, a su paso por la Comarca de Cuatro Valles y en toda la ribera del Río Bernesga, pero cuando se llega a Asturias, la cosa cambia. Ya solo se ven algunas flechas amarillas, y no muchas, del Camino de Santiago, pero ninguna referencia al Salvador, un poco paradójico, pues es en Oviedo donde está el final de este Camino y donde se venera la imagen sagrada, pero ni siquiera pudimos comprar recuerdos del Camino de San Salvador en Oviedo, ni una camiseta, ni un pin, nada. Se ve que en Oviedo no han apostado por este Itinerario, todavía, ni cultural ni turísticamente. La única referencia es en la Catedral al obtener la Salvadorana, con visita incluida a la Sancta Ovetensis, que por supuesto realizamos al día siguiente de nuestra llegada. Este recuerdo es de fabricación casera, una piedra del camino.
Y lo dicho, algún día comenzaremos El Camino Primitivo, desde Oviedo a Santiago de Compostela. Tenemos las credenciales desde 2017, pero no tenemos aún fecha de inicio. Todo se
andará, que prisas no tenemos… De momento, nos quedamos con estos buenísimos recuerdos de nuestro Camino del Salvador, en agosto de 2019, el que hicimos de mochila y albergue, en el que sufrimos, y disfrutamos, en el que compartimos experiencias, agradeciendo la suerte de encontrarnos con buenas personas, haciendo camino, siempre aprendiendo.
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