"Ética, sobre la moral y las obligaciones;
estética, de la belleza y el arte;
y otras cosas..."


martes, 20 de marzo de 2012

¡NIÑO, RÍETE!


Un hijo mío, como su madre, es de carácter retraído, serio y hasta solemne, si se tercia. Cosas de la genética, será. Utrera, mediados de marzo, lunes, cinco de la tarde. Delante del mostrador y del numeroso público, en el ejercicio de recoger su encargo en forma de libro-comic (que no cito por ser su título excesivamente largo para un microrrelato como este que no debe superar un determinado número de palabras), mi vástago adquiere el semblante frío y calculador de un anticuario en la subasta de un incunable: brazos cruzados, rostro impasible. ¡Niño, ríete, que eres más serio que El Viti, que citaba a los toros en el juzgado! Y qué razón tiene el señor. Mas en la librería-papelería de mi amigo Isidoro, aunque esté cerca de los juzgados, no se llevan y traen asuntos para un rictus tal, y mi hijo (y de su madre), ante mi risueña mirada y mi cómplice arqueo de cejas orientado al desconocido amigo, regala al respetable su tímida y sincera sonrisa, que tranquiliza y contagia a su interpelante taurino ¡Menos mal! Eso sí, previo ligero y paternal cosquilleo debajo del brazo, de mi hijo, claro está.

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