El próximo día 3 de Septiembre comienza un nuevo curso académico, un nuevo ejercicio anual de forma práctica, y para mí un nuevo camino; más bien se puede decir que retomo o reinicio una senda que tenía aplazada y latente, profesionalmente hablando. Una senda que es retadora, no exenta de difícultad, ciertamente arriesgada, y a la vez también es apasionada, apasionante, ilusionante y deseada.
A decir verdad, quién no corre riesgos en estos tiempos que corren, valga la redundancia. Lo importante, o fundamental, es creer y tener confianza en uno mismo y en lo que puede y tiene responsabilidad de aportar, eso sí, teniendo siempre presente las características no sólo del camino, sino también las posibilidades, potencialidades, fortalezas y también debilidades del propio caminante, de la hormiga que todos somos.
Se trata de trabajo, y desde hace mucho tiempo pienso que "la integridad protege el trabajo de los hombres".
Caminemos, que todo se andará...
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