"Ética, sobre la moral y las obligaciones;
estética, de la belleza y el arte;
y otras cosas..."


miércoles, 23 de octubre de 2013

LA CANCIÓN DE DESAMOR MÁS TRISTE


Al menos para mí, o al menos una de las más tristes, con diferencia.

El Romance de Curro El Palmo, original de Joan Manuel Serrat, mezcla la tradición oral de contar historias con música, basada seguramente en hechos reales, y con un estribillo increíble, único, sublime. Alguna vez estas estrofas las oí en voz de mujer, sólo el estribillo, y creía hablaba de otra cosa (...y un manojillo de escarcha), más poética e idealizada quizás, pero en su versión original adquiere todo su significado y desgarradora realidad, de absoluta soledad, de amor no correspondido, de amor solitario.


Joan Manuel Serrat




Antonio Vega

Como ya viene siendo costumbre, junto a la música, se añade la letra de la canción, la historia narrada, y para finalizar, una versión aún más triste si cabe, que no es otra que la versión de la misma canción del desaparecido Antonio Vega. En fin, es otoño, el mal tiempo ha llegado y es tiempo para estas cosas, pero a diferencia de otros años, prometo que pronto, muy pronto, vendrá la contrapartida, es decir, la versión más alegre que conozco de una canción de desamor. Pero esa, esa es otra historia...




ROMANCE DE CURRO EL PALMO

La vida y la muerte
bordada en la boca
tenía Merceditas
la del guardarropa.
La del guardarropa
del tablao de "El Lacio",
un gitano falso,
ex-bufón de palacio.
Alcahuete noble,
que al oír los tiros,
recogió sus capas
y se pegó el piro.
Se acabó el jaleo,
y el racionamiento
le llenó el bolsillo,
y montó este invento,
en donde "El Palmo"
lloró cantando...


Ay, mi amor,
sin ti no entiendo el despertar.
Ay, mi amor,
sin ti mi cama es ancha.
Ay, mi amor
que me desvela la verdad...
Entre tú y yo, la soledad
y un manojillo de escarcha.



Mil veces le pide
- y mil veces que "nones" -
de compartir sueños
cama y macarrones.
Le dice, burlona:
"Carita gitana,
¿Cómo hacer buen vino
de una cepa enana?"



Y Curro se muerde
los labios y calla,
pues no hizo la mili
por no dar la talla.
Y quien calla, otorga,
como dice el dicho...
Y Curro se muere
por ese mal bicho.
¡Ay! Quien fuese abrigo,
pa andar contigo.



Ay, mi amor,
sin tí no entiendo el despertar...


Buscando el olvido
se dio a la bebida,
al mus, las quinielas...
Y en horas perdidas
se leyó enterito
a don Marcial Lafuente
por no ir tras su paso
como un penitente.



Y una noche, mientras
palmeaba "farrucas",
se escapó Mercedes
con un "cura-pupas"
de clínica propia
y Rolls de contrabando.
Y, entre palma y palma,
Curro fue palmando
entre cantares
por soleares.



Ay, mi amor,
sin ti no entiendo el despertar...



Quizás fue la pena
o la falta de hierro.
El caso es que un día
nos tocó ir de entierro.
Pésames y flores,
y dos lagrimitas
que soltó la Patro
al cerrar la cajita...



A mano derecha,
según se va al cielo,
veréis un tablao
que montó Frascuelo,
donde cada noche,
pa las buenas almas,
el Currito "El Palmo"
sigue dando palmas.
Y canta sus males
por "celestiales".



Ay, amor,
sin ti no entiendo el despertar...